domingo, septiembre 30, 2012

La siesta de la memoria



Me piden que cambie de portada, y uno de los antiguos de este blog ha tenido que ser… Pues aquí tienen a  Chata y Chiqui. Como es propio de su edad y género,  se pasan el día entre siesta y siesta; sólo se despiertan  cuando oyen un ruido no familiar o muy familiar, por ejemplo, cuando entro y salgo de la habitación sólo abren un ojo como diciendo “sabemos que nos dejas, pero no te vas”. Voy a la cocina o hago otras tareas por la casa; siguen durmiendo y cuando entro de nuevo, vuelven a abrir el mismo ojo…y a sestear se ha dicho.
No ocurre así cuando me ven salir con bolso al hombro y les digo adiós desde la puerta de la habitación. En ese caso  alzan la cabeza y me miran atentamente hasta perderme de vista (digo yo, que tampoco los veo). Sé que se vuelven a dormir, pero   a la vuelta --después de varias horas --  cuando me ven entrar saltan del poyo de la ventana al sofá y del sofá al suelo, dándome una bienvenida que ni a una reina, o estrella de cine, o a Obama -- que tanto cariño le he tomado -- se la darían.

No les quiero, o puedo, contar nada que ya no sepan y que no se haya dicho.  Me siento, abrumada por las noticias, por la cantidad de información que no soy capaz de absorber y las imágenes que son difíciles de ver y luego olvidar. Por eso estas fotos: con frecuencia, cuando veo a mis animales durmiendo  bajo este sol otoñal, mi primera inclinación es acompañarlos en ese sofá que espera y dice  “anda, acuéstate, duerme y olvida” .  Y lo hago, pero no con la frecuencia que me lo pide.




viernes, septiembre 21, 2012

El blog de Javier Rioyo en “El Boomerang” (2006-2010)


Para los lectores que quieran acceder al material que publicó Javier Rioyo en “El Boomerang” durante los años 2006 – 2010.



Pinchen en  este enlacen y los llevará a “Waybackmachin”, esperen unos segundos y aparecerá el blog de Rioyo

martes, septiembre 18, 2012

Javier Rioyo...en la paella de mariscos



Con Javier Rioyo siempre fui atrevida. De la misma generación -- de hecho debimos coincidir en la Facultad de Ciencias de la Información-- pero, al haber pasado yo los últimos 30 años  fuera de España, me había perdido sus hazañas en el mundo  de los medios de comunicación y las artes. Mi encuentro con él fue en la época inicial de El Boomeran(g) (2006/2007) Antes de entrar en su blog ya mantenía “chiqui” conversaciones diarias con algunos de sus más distinguidos autores: Argullol, Azúa, Verdú… empezaban a ser “asiduos e invisibles invitados” en casa;  también sus comentadores.


Fui atrevida la primera vez que dejé un comentario en su blog. Le dije que cambiara de foto, que parecía un toro a punto de embestir y que a los lectores les atraía más una mirada directa. Por supuesto no me hizo caso.

Después de un par de años encabezaba su blog una primera versión de la foto  que ilustra esta entrada. Durante meses ni me di cuenta del trasfondo de la imagen ¿un mural?... La foto original estaba a más distancia que la que ven aquí: el colorido mural lo ocupaba todo y en primer plano un pequeño objeto negro: ¡Rioyo! Con el tiempo y una caña  descubrí que -- el para entonces “don Javi”-- estaba apoyado en un acuario (¡)  Sin esperar le dejé un comentario  que  más o menos decía : Don Javi, parece usted un mejillón en una paella de mariscos! Dígale a los técnicos que lo acerquen más para que lo veamos. De ese comentario nació la foto de arriba. Alguien me leía…

Hace más de un año que Javier Rioyo dirige el Instituto Cervantes en Nueva York. En la Universidad en que enseño, Boston University, tenemos  un Aula Cervantes que depende de su administración. Ha sido esta coincidencia, o el azar, lo que nos ha llevado a conocernos personalmente.

 Anoche, a su paso por Boston, y despues de una larga jornada de trabajo, cenó en casa. Hice un arroz con mariscos y verduras ( ! no he dicho paella!) Arroz para ocho y sólo éramos tres… Repetimos, era plato único, y Javier se lamentó de no poder comer de las sobras -- que tanto le gustaban-- al día siguiente:  estaría de camino a NY. Le pregunté que si  quería llevárselas. Ante nuestra sorpresa dijo que sí. Digo sorpresa porque el arroz no era nada del otro mundo y lo tendría que llevar esa noche al hotel y al día siguiente en el tren hasta NY. Eso sí, puntualizó “ sólo si tienes un tupperware  que no te importe porque no te lo voy a devolver”. Con su taper salió contento como un chaval.

Javier, cuando quieras estás invitado a arroz con lo que se presente…pero no consigo repetirme en lo del buen arroz  y lo más probable es que no te merezca la pena acarrear con las sobras una segunda vez.

Ha sido después de su partida  cuando me he acordado de la anécdota de la paella de mariscos y el Rioyo mejillón!


Nota: He buscado en la Red el blog de Javier Rioyo en el Boomeran(g) y no he encontrado rastro de él.  Me parece irresponsable, por parte de los administradores de El Boomeran(g) que hayan hecho desaparecer años de participación de autores que por él han pasado, y dejado de escribir por razones diferentes,  sin mantener un archivo al que se pueda acceder. ¿Es esta la suerte que les espera a  Félix de Azúa, Rafael Argullol, Vicente Verdú?…por nombrar a unos cuantos veteranos del blog. Sería esta una actitud cavernícola, aún en los tiempos que corren.