sábado, enero 29, 2011

AFUERAS DEL AZAR: Jaime Salinas y Luis Goitisolo

Sabíamos que Jaime Salinas se nos iba desde hace tiempo. Sus amigos de siempre, los de la infancia -- en Cambridge, Teresa Guillén-- compartían su preocupación y tristeza. Cuando Teresa me llamó hace unos días me hacía ver cómo dos generaciones errantes han muerto - siguen muriendo- y enterrados cada uno por su lado. Este ha sido el destino de la familia Salinas: Pedro Salinas en Boston, Margarita Bonmatí, su mujer, en España. Los dos hijos del matrimonio: Solita en Cuernavaca, México y - ahora - su hermano Jaime en Grindavik, un pueblo de pescadores de Islandia.

La vida de Jaime Salinas, y no su muerte, se ha comentado en la prensa española. Es su tarea como editor, su amor al libro, por lo que Jaime Salinas es más recordado estos días.

"Se fue Jaime Salinas. Los que quieran saber de él, al menos del español cosmopolita que vivió por el mundo y que llegó un día a una editorial de Barcelona, que acudan a sus memorias, Travesías". (Javier Rioyo)

"La marcha de un editor clásico". Así titula Carlos Marichal Salinas la semblanza que hace de su tío Jaime. A él se unen otras voces conocidas que realzan sin excepción la labor del editor-amigo en el mundo del libro en la España de la segunda mitad de siglo XX.
Dice Guelbenzu: "Jaime era, en realidad, un editor bostoniano que contribuyó decisivamente a quitar el pelo de la dehesa a lectores y editores españoles. "
Javier Marías: "su principal objetivo era sacar a España de sus seculares provincianismo y atraso; elevar el nivel general, en la confianza de que la gente desea eso en el fondo..."

Como ejemplo de ese trabajo editorial, en sus días de Seix Barral, ofrecemos esta nota de Christopher Maurer.

AFUERAS DEL AZAR

Es a Pedro Salinas a quien debemos la idea del “seguro azar”: la sensación de que la vida es un rico entramado de lo casual y lo destinado; de que las coincidencias y contingencias nos llevan con seguridad a alguna parte.

Parece el azar. Flotante
en brisas, olas, caprichos,
¡qué disimulado va,
tan seguro, a la deriva ... !

Te había dicho, Estrella, que mis escritores predilectos – y los novelistas mucho más que los poetas --saben crear esa sensación del seguro azar, de coincidencia “necesaria”: saben decirnos “lo que tenía que pasar”, aunque fuera por casualidad, just at the right moment, en el momento justo.

Hace poco, en un momento en que intentabas conocer mejor la vida y obra de Luis Goytisolo, pediste tú a una librería que habías encontrado en la Red un ejemplar de su primera novela, Las afueras (Seix Barral, 1958.) El ejemplar llegó de New Jersey, de las afueras de Nueva York, y al abrir el paquete vimos que era una primera edición, con una firma a lápiz:

J. Laughlin
New Directions
333 Sixth Avenue
NYC

Se trataba de James Laughlin, figura legendaria que había fundado una de las mejores editoras de la literatura modernista: amigo de Ezra Pound, de William Carlos Williams, de Nabokov, de Thomas Merton, de los Beat Poets, y uno de los principales editores de la literatura “extranjera” en los Estados Unidos de los 60 y 70.

“I’m not really much of a linguist”, confesaba Laughlin en una carta. No creo que supiera leer el español. ¿Cómo había llegado a sus manos ese ejemplar y, de los cientos de libros que le llegarían todos los meses, por qué había firmado el ejemplar de Las afueras? Era como si tomara posesión de él.

Te dije, Estrella, que buscaría una explicación y que miraría los papeles de Laughlin y de New Directions, guardados en Houghton Library, de Harvard, que está a unos minutos de donde vivimos. Ahí estuve en octubre con Luis y con Elvira Huelbes; y les expliqué que en Houghton estaban los papeles de Pedro Salinas. La semana pasada encontré un rato para acercarme de nuevo. Dejé en consigna el abrigo y los papeles, pedí las carpetas apropiadas e intenté transportarme en la imaginación a la New Directions y Seix Barral, de1958. ¿Qué sabría James Laughlin en aquel entonces de Luis Goytisolo o de la novelística española?


Resulta que el que aconsejaba a Laughlin y a su “managing editor” Bob MacGregor, era el joven Jaime Salinas, que había ayudado a New Directions a publicar los Selected Poems de Lorca en 1955 y a quien Laughlin había conocido en Barcelona en 1958. Recién vuelto a España, estaba Salinas en los comienzos de una carrera editorial larga y brillante. Recordé las frases finales del primer tomo de sus memorias, Travesías. Había llegado a Provenza, 219... “...el taxi nos dejaba ante un sólido edificio de cemento gris con un gran rótulo que decía: INDUSTRIAS GRAFICAS SEIX BARRAL HNOS". Dentro, “el olor, casi familiar de la tinta”.

En diciembre de 1958 Jaime Salinas había enviado a New Directions dos ejemplares de Las afueras, con la idea de interesar a Laughlin en su publicación en inglés. Se habían perdido en el maremágnum de papeles de 333 Sixth Avenue, y ahora – en enero de 1959-- enviaba por correo áereo otros dos, con la noticia de que ya habían firmado contratos con Editions du Seuil (Paris) y con Jakob Hegner Verlag (Köln). Le parecía lógico que publicara Laughlin el libro, en vez de Knopf o Harcourt Brace: “Our collection – Biblioteca Breve—follows closely within the limits that censorship, etc. impose on it—the tone of your publications”. En cuanto a Luis Goytisolo Gay, y en cuanto a la novelística española...


Carta de Jaime Salinas a Robert MacGregor ( 2/19/1959).

It is difficult to talk about the merits of an unknown writer in this country (this is his first novel) in terms that will make any kind of sense to an outsider. What might be “new literature” here could easily be passé in America or terms such as “objective narrative” a la Robbe-Grillet meaningless to a reader there. [...] I shall simply tell you the impression the book has made on me, as a kind of expatriate both from America and Spain. First and foremost, what struck [me] was the fact that there was a Spanish novel free from the regionalism or localism which so often makes our literature unacceptable abroad. Secondly, and still more important, the book is well written. I do not know if you have had much experience with our novelists, but they have a marked tendency to let their ideas take off, like runaway horses, reducing in their way style, character and situation to paper backdrops or papier maché dolls. Although Luis Goytisolo-Gay confesses to be strongly influenced by Dos Passos (I don’t see it), I find him more in the line of Sherwood Anderson, Katherine Anne Porter, Carson McCuller, or Truman Capote. His style is poetic and sensitive. He has taken a series of characters, fitted them into equivalent sociological conditions and, in a sense, formed the sociological situation into the protagonist of the novel. I do not mean by this that he has created a “social novel” a la russe, but rather that, through the seemingly independent chapters of the book runs, spiral-like, cutting its pages at different points from its center, the core, the theme and intention of the narrative. Critics here, and the reviews, have all been excellent, have termed it a “spiral technique”. One of them with a sense of humor has called it “the corkscrew technique.” Maurice Coindreau at Princeton wrote us enthusiastically about the book and wanted it for Gallimard. Juan Marichal at Harvard can give you an objective appraisal. And of course John Rust of Sweetbriar College can give you his opinion. Please let me know what your Spanish reader thinks of it as soon as possible...

Pero ese informe no llegó nunca, o no se conserva. En otras cartas, anteriores y posteriores, se habla con entusiasmo de una colaboración más estrecha entre New Directions y Seix Barral, hubo fervoroso intercambio de catálogos y libros, pero, con la excepción de García Lorca, la editorial neoyorquina no publicó a ningún poeta español y publicó a poquísimos novelistas españoles. En los años 60 y 70, fueron rechazadas traducciones de la obra de Sender y Matute, Unamuno, Machado, Miguel Hernández... Lo que Laughlin decía de la poesía lo podría haber dicho también de la novela: era difícil “vender” a los poetas europeos si no eran “extremely well known and famous... This is regrettable, but it is a sad fact.”

En una nota en Cuarto Poder, alude Luis Goytisolo a la carta, inteligente y apasionada, de Jaime Salinas. Te la envío ahora, Estrella, como la envié a Luis y a Elvira, como recuerdo de un maestro de editores y como muestra del seguro azar.

ENLACES DE INTERES

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Bergsson/_Gudbergur/Barral/Ferrater/compania/eran/ninos/bien/franquismo/elpepicul/20040117elpepicul_3/Tes?print=1

http://chiquitin52.blogspot.com/2007/11/recordando-solita-el-sofa.html

viernes, enero 28, 2011

Marqués de Riscal, 2002

Echaremos la culpa a la encerrona de las nevadas, la afonía, el cansancio de una semana de antibióticos...No hay nada que contar. Ya está bien lo de recurrir al pasado mientras que el presente corre sin dejar huella. Podría decir muchas cosas, pero no contarlas:

- Podría decir que ayer cambié la pila al detector de humo del tercer piso. No aguantaba su insistente aviso.

- Que los perros duermen en el sofá todo el día y hay que hacer un esfuerzo para no unirse a su sueño.

- La gata me mira sin parpadear: Sé lo que quiere. Cuando la ignoro, se acerca y con sumo cuidado me acaricia el pelo, la mejilla, la mano en el teclado: hago un esfuerzo...

- Que el CD de Gould que me acaban de regalar me irrita. Descubro que no son sus "variaciones" las que me fascinan sino él. Hay que verlo al piano sintiendo, viviendo la música...y así absorberlo hasta confundirse y no saber qué o quién origina el principio y el fin de ese sentir.

- Que la voz de Leonard Cohen que quiero oír es la de hoy, y no la de hace 30 años que no me dice nada. Pero sólo tengo los Cds de los 70... me resbalan.

- Una amiga, 30 años mayor que yo, me intentaba consolar ayer diciendo que "no debemos mirarnos al espejo después de cierta edad"...El que se compare conmigo la hace más joven! Dónde quedo yo?
En fin, que no debería contestar el teléfono, ni escribir aquí. Tendría que esperar a que las nieves se derritieran, fuera y dentro.
Seguro que después de estas 'perlas' muchos de ustedes me diagnosticarán con "depresión". Yo más bien lo llamaría "aburrimiento". Antes de escribir esto me fui a la 'bodega' donde sólo quedaba --en reserva para una ocasión especial-- una botella de Marqués de Riscal del 2002. Como acabé ayer con mi tratamiento de antibióticos-- con buen resultado-- me animé a abrirla; por aquello de la inspiración y el gusto de un buen Rioja. Pues bien: el corcho se iba haciendo papillas según lo abría... Sería mi inexperiencia en este noble oficio? Finalmente no me quedó más remedio que empujar el culo dentro del sagrado líquido.

En una ocasión vi a un experto en semejante situación: procedí a vaciar la botella--con un colador de por medio-- en una jarra para eliminar las partículas de corcho. Una vez finalizada la proeza me serví en una de mis favoritas copas.
Lo escrito ya les habrá dado una idea: el Marqués de Riscal, en el 2002, estaba vilmente avinagrado; al menos el de mi bodega.

Así que habrá que añadir a este ilustre señor a todas las excusas que les di al principio: no sólo por mi falta de inspiración, también por el cabreo con que he escrito.

miércoles, enero 26, 2011

CUANDO EMPRENDAS TU VIAJE...

Espero no acabar como el ladrón de bicicletas, este es el segundo hurtillo que hago en una semana, y del mismo sitio. Mejor llamarlo "inspiración", al menos a éste último.


En mi recorrido diario por los pocos blogs que visito, he tenido la suerte de encontrarme esta mañana con la Itaca de Cavafis. Poema de paz y esperanza, aunque hoy me ha hecho sentir una pizca de tristeza...


Es inevitable que nuestra Itaca, "las Itacas", como dice el poeta, nos reclame. Hace tiempo que dejé la mía y va siendo hora de emprender el viaje de vuelta. Y Hacerlo a la manera que nos brinda el poeta.



Enrique Pupo-Walker


ITACA

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.


C. P. Cavafis. Antología poética.
Alianza Editorial, Madrid 1999.
Edición y traducción, Pedro Bádenas de la Peña


Comentado por: jm el 26/1/2011 a las 10:42
En el blog de Félix de Azua

lunes, enero 24, 2011

Otra vez, otro más

Otra vez salen a la luz dos novelas de Félix de Azua, Historia de un idiota contada por él mismo y Diario de un hombre humillado. Otro libro más del autor publicado por Anagrama con nuevo título: Idiotas y humillados
Como esta servidora sigue con atasco mental, producido por las sinusitis, les voy a dejar con una entrevista interesante y amena a Don Félix. Compren el libro: dos por el precio de uno; una ganga!

Página 2 - Entrevista a Félix de Azúa

viernes, enero 21, 2011

El ángel medio alado.

He amanecido afónica; vaya, sin voz y acompañada de una callada nevada. Esto sí que ha sido una sorpresa, ni se me ocurrió anoche atender al hombre del tiempo.
Al correr la cortina he visto a un ángel medio alado con impermeable amarillo limpiar la acera de varios vecinos, incluida la mía. Digo medio alado porque sólo ha limpiado la mitad. Esperaba que volviera con la maquinita pero creo que éste es de los que les da un poquito a todos.
Está bien distribuir la riqueza entre los más posibles.

Me he animado y de quitar la otra mitad vengo: sudorosa y más roja que una langosta.

Fascinante!





Canciones De Los Ángeles de Rainer Maria Rilke (fragmento)

Sí algún día, en las tierras de la vida,
entre el ruido de feria y de mercado,
la palidez olvido de mi infancia
florecida, y olvido el primer ángel,
su bondad, sus ropajes y sus manos
en oración, su mano bendiciendo;
conservaré en mis sueños más secretos
siempre el plegarse de esas alas,
que como un ciprés blanco
quedaban detrás de él…

martes, enero 18, 2011

Desde la Magdalena hasta la Plaza del Pato


La primera vez que vi una foto de Golda Meir pensé que bien podría haber sido una foto de mi abuela en los últimos años de su vida, los que mejor recuerdo. La gobernante tendría en aquella foto unos setenta y cinco; mi abuela murió a los sesenta y cinco. Creo que las unía más de lo que las separaba: mi abuela siempre iba de negro, ni collares ni un anillo. No recuerdo su sonrisa, menos aun su risa; nunca la vi llorar. Tampoco levantaba la voz, aunque podía ser dura. No hacia ademanes de enfado o desesperación. No se imponía con el puño, ni acusaba con el dedo; siempre las manos recogidas, ocupadas en la cocina, en la ropa o en mis trenzas. Tampoco fumaba y su nariz era bastante más discreta que la de Golda.

Se casó con un viudo acomodado que aportaba al matrimonio un hijo. Así como mi abuela nos debió pasar sus orígenes judíos, mi abuelo parecía un sultán de sangre clara. Republicano y vecino de un pueblecito de la sierra de Granada, acabó en la cárcel de Santiago de Compostela por no sé cuántos años. Perdió así parte de su fortuna y dejaron a mi abuela con siete hijos, mi madre la mayor, una adolescente. Afortunadamente volvió (condenado a muerte iba) y era para entonces un viejo con principios de Parkinson. Pero la historia de mi abuelo merece atención y riguroso cuidado.




En los meses en que mi madre vivía, ayudada por la morfina, con frecuencia me encaminaba calle abajo -- desde la Magdalena hasta la Plaza del Pato-- a la casa de mis abuelos. Me sentaba en la cocina observando los manjares que mi abuela preparaba para el abuelo: sesos fritos, natillas, arroz con leche, picatostes, gachas con tropezones... Mi abuela conocía mi afición a rebañar los cazos y las sartenes y me los dejaba generosamente esmaltados con el color del día; yo se los devolvía relucientes hasta el borde. No hablábamos mucho, al menos no recuerdo conversaciones, pero sí frases sueltas. Se quejaba de lo "delgaducha" que estaba. No le gustaba que estuviera por esas "calles de dios" donde se me pegaba el sol y "parecía una gitana". Recuerdo cuando me quitaba el vestido que llevaba y me lo lavaba; a continuación lo secaba con la plancha, me lo ponía después de haberme metido en un barreño y frotarme las rodillas hasta sacarme la suciedad y la morenez. Seguidamente desenmarañaba mi pelo con paciencia para después trenzarlo.
Teníamos un secreto: mi abuela hacía cerezas en conserva - en Anís del Mono- en un tarro altísimo y estrecho. Si me portaba bien iríamos a la alhacena y con una aguja de hacer punto pincharía un par de ellas; luego me dejaría tomar un sorbito, ella se pondría una copa y las dos tan contentas!



Fue un primero de marzo que mi abuelo volvió de sus acostumbrados quehaceres y se asomó a la cocina para decirle a mi abuela que se iba a echar un rato, que lo llamara para comer. Así lo hizo ella; cuando no le contestó me mandó al segundo piso para que lo despertara. Después de llamarlo y moverlo varias veces bajé y le dije a mi abuela que no se despertaba. Mi siguiente recuerdo es la casa llena de vecinos, el médico...yo de vuelta a casa donde no debía decir que mi abuelo había muerto.
Mis tías vinieron de distintos sitios, algunas de ellas no volvieron. Mi madre no tardaría... En la sala contigua a su dormitorio, en los pocos momentos lucidos que la morfina le dejaba, le dio por decir que le dieran limosna al viejecito. Alguna de mis tías hizo ademan de darle algo al fantasma; mi madre no lo creyó porque el viejo no se iba. Concluyeron que era mi abuelo que a esperarla había venido.
Mientras todo esto ocurría a mí me probaban un vestido negro que mis tías me hacían para el día del entierro. Juraría que me hacia ilusión estrenar vestido, aunque negro fuera y mi madre se moría.
El treinta de marzo mi abuela perdía en un mes a su marido y a su hija más querida. Pocos años después el mismo camino seguiría ella, pero no sin esperarme. Después de besarla, abrió los ojos: "Ah, la niña".




sábado, enero 15, 2011

Elvira Huelbes en "Juego de Espejos" de RNE


A mediados de enero los Reyes nos traen la voz de Elvira. No sé cómo se la imaginan ustedes, los que nunca la han oído. Tenemos tanta ventaja aquellos que conocemos las voces de los que escriben, que traerles a Elvira--Elvi para nosotros -- a viva voz me parece uno de los mejores regalos que les puedo hacer.


La entrevistaron en "Juego de Espejos" programa de Luis Suñén sobre música clásica de RNE. El invitado elige la música. En el caso de Elvira, varias piezas interesantes y juguetonas -- como ella es-- son usadas como interludios a una amena charla entre amigos. Dos veteranos de la radio, no lo podrían haber hecho mejor. Fascinante la naturalidad con que nuestra amiga se acerca al micrófono, se le siente cercana, en el salón de casa, o en la cocina, que es donde a ella le gusta escuchar la radio. A lo largo de la entrevista Elvira nos cuenta "cosas" que le han pasado, nos dirá por qué de Mozart le gustan "hasta los andares" y acabará la entrevista cantándonos una canción sefardí que nos suena, en su cálida voz, a una nana de las muchas que debimos oír en nuestra infancia.

Pinchen en el enlace en azul.




Juego de Espejos



La llamo y le digo que me cuente su carrera radiofónica en tres minutos (una carcajada saludable) "Pues mira: hice mis prácticas, al acabar la carrera, en Radio Nacional, en un informativo nocturno que se llamaba 'Ultima Edición'. Tuve suerte de encontrar a Jesús Vivanco que tuvo mucha paciencia conmigo y me enseñó un montón. Me pusieron al micro, en directo (!) para leer mis noticias. Luego, después de un año de estudios en la Universidad de Toledo (Ohio) entré a trabajar en el informativo de la mañana con Manuel Antonio Rico: 'España a las seis, a las siete y a las ocho'. Dos años de madrugones pero muy fructíferos. Después, me fui a Radio El País. Aunque esta experiencia, si bien breve, fue bonita, prefería la radio pública y allí acabé. Entré a dirigir programas en RNE: 'Conversaciones en la Magdalena' (sobre los cursos de verano de la UIMP) que se convertiría en 'Conversaciones', una entrevista diaria de una hora, en directo, con gente interesante. Aprendí mucho. 'Suya es la palabra', 'Buscando el Norte' (en Radio Tres), 'La tarde Perezosa', en la antigua Radio Cadena Española, que luego fue Radio 4, 'De par en par', siempre en hora de máxima audiencia, Me gusta la radio. Me apena estar lejos ahora, de vez en cuando, me da un respingo el corazón. Así es la vida!"

Se dice que Elvira Huelbes está enamorada de la radio, y yo digo ¿de qué no está enamorada Elvira? Va del jardín a la cocina y de allí a su estanque de kois para luego subir los montes que la rodean y --¿por qué no?-- a recorrer el mundo: Ha colaborado en los documentales de TVE Indico, Mediterráneo, dirigidos por Luis Goytisolo. Entre otros medios de comunicación escrita ha trabajado en El Mundo. Ahora la podemos leer en este blog - casi diariamente - en el suyo Cartas del Molino y en el periódico digital Cuarto Poder, en la sección de Cultura: Otro Milagro. Y en sus propias palabras: "He tenido una hija, lo mejor de mi producción y de mí misma".
Esta mujer lo hace todo bien!

El programa dura una hora pero pasa volando. Se me había olvidado lo buena compañera que es la radio. Buena compañera para las tareas rutinarias, para ahuyentar esas nubes grises que enturbian el ánimo cuando nuestra mente flaquea y la lectura no ayuda.

miércoles, enero 12, 2011

Es la nieve!


Estas fotos fueron sacadas a las siete de la mañana. Mi perro Chiqui está decidiendo si bajar las escaleras o volverse y hacer sus deberes en el porche.
Empezó a nevar a media noche y me despertó el viento acompañado de lejanos truenos; la densidad de la nieve arropaba al relámpago. Algo extraño.
Ha amanecido un día gris, triste. La pureza y uniformidad del blanco es inquietante; los coches aparcados empiezan a desaparecer y los troncos de mis frágiles abedules se vencen hasta tocar el suelo.
Sigue nevando y no hay un alma en la calle, son las once. Ni siquiera las maquinas han pasado para limpiar el camino; no se distingue dónde termina la acera y empieza el asfalto. Cuando lleguen, los montones de de nieve -- ya no tan limpia-- se acumularán formando barricadas y cubriendo la mitad de la acera. Entonces habrá que limpiar la parte que corresponde a la casa. Con tanta nieve, malamente se podrá despejar lo suficiente para que el caminante ponga un pie delante del otro.




Mi vecino de enfrente, un jubilado en sus setenta, acaba de salir a limpiar la explanada de su aparcamiento. Vive del alquiler de un par de apartamentos en su casa y tiene que facilitar a los inquilinos la salida de sus coches. Se divierte con su máquina. La mayoría de nosotros usamos palas. Para los que no vamos a esquiar este es el ejercicio más popular de los inviernos de Boston.




Si nos quieren visitar, hay una docena de palas en la cochera. Siempre buscando la que no te deje baldado de la espalda. Anímense!

martes, enero 11, 2011

Happy Birthday To Me



No habrá otro año mejor para anunciar que hoy

11/1/11 es mi cumpleaños


Creo que es la primera vez que lo reconozco. "Reconocer" en el sentido de que estoy escribiendo esto, de que en una ocasión me atreví a decirle a DL el día y mes en que nací, porque el año siempre ha sido público. No recuerdo haber celebrado este día antes. Cuando era pequeña celebraba el santo. Luego vine a EE.UU. y dejé de celebrarlo... lo del cumpleaños no iba, ni va conmigo. Quizás influye la muerte de mi madre a tan temprana edad: cuando mis hijos crecían contaba mentalmente los años que me quedarían.
Mi cumpleaños ha pasado durante décadas desapercibido. Yo no lo mencionaba, no se lo recordaba a nadie y nadie se acordaba. Con gran alivio para mí el once de enero - tan cercano a los Reyes - fácilmente pasaba de largo. Unos días después alguien diría: ¿pero, no es tu cumpleaños? Yo, diabólicamente, contestaría: no, mi cumpleaños fue ayer. En esa situación los niños protestarían: "no es justo" "no fuimos a cenar fuera" "hay que celebrarlo hoy".

Pero no hay secretos que se puedan guardar para siempre. Hace unos años cenábamos un grupo de amigos íntimos en casa y salió a relucir el zodiaco. Capricornio, dije cuando me llegó el turno. Todo habría quedado ahí, si no fuera porque mi amiga Graciela preguntó: ¿Qué día? Después de una pausa y dudando si decir la verdad, contesté: hoy. Hubo un silencio y penosamente vi la mirada de Leda y la de Graciela --entre asombro y reproches -- clavadas en mi marido. El, herido de muerte.
No les pude hacer entender que era mi intención y buen hacer el que nadie recordara mi cumpleaños. Desde aquel año mis queridas amigas le mandan correos recordatorios. Se ha convertido en tradición. Por otra parte, mi marido llama a mis hijos la noche antes y así se ha creado una cadena a la que cada año se añade un eslabón más.

Don Libra, una curiosidad para usted. Acabo de mirar mi partida de nacimiento y he descubierto que nací a las 11 de la mañana!
Traigo aquí ese poema tan sorprendente que me regaló ayer. Todo un desafío seguirlo.

Mahmud Darwish - Lecciones del Kamasutra

Con la copa engastada de lapislázuli
la espero,
junto al estanque, el agua de colonia y la tarde
la espero,
con la paciencia del caballo preparado para los senderos de la montaña
la espero,
con la elegancia del príncipe refinado y bello
la espero,
con siete almohadas rellenas de nubes ligeras
la espero,
con el fuego del penetrante incienso femenino
la espero,
con el perfume masculino del sándalo en el lomo de los caballos
la espero.
No te impacientes. Si llega tarde
espérala
y si llega antes de tiempo
espérala,
y no asustes al pájaro posado en sus trenzas.
Espérala,
para que se sienta tranquila, como el jardín en plena floración.
Espérala
para que respire este aire extraño en su corazón.
Espérala
para que se suba la falda y aparezcan sus piernas nube a nube.
Espérala
y llévala a una ventana para que vea una luna bañada en leche.
Espérala
y ofrécele el agua antes que el vino, no
mires el par de perdices dormidas en su pecho.
Espérala
y roza suavemente su mano cuando
poses la copa en el mármol,
como si le quitaras el peso del rocío.
Espérala
y habla con ella como la flauta
con la temerosa cuerda del violín,
como si fuérais dos testigos de lo que os reserva el mañana.
Espérala
y pule su noche anillo a anillo.
Espérala
hasta que la noche te diga:
no quedáis más que vosotros dos en el mundo.
Entonces llévala con dulzura a tu muerte deseada
y espérala.


Traducción del árabe de María Luis Prieto

martes, enero 04, 2011

NOCHE DE REYES



Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Reyes que venís de Oriente
al Oriente del sol solo,
que más hermoso que Apolo,
sale del alba excelente.

Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

No busquéis la estrella ahora,
que su luz ha oscurecido
este sol recién nacido,
en esta Virgen Aurora.

Ya no hallaréis luz en ellas,
el niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.

Aquellas lágrimas bellas,
la estrella oscurece ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas

LOPE DE VEGA