jueves, diciembre 22, 2011

Cecilia Kam Shan Ho: “Canción del Jinete”



Algo especial para estas fiestas.

Sé que “Canción del Jinete” de Federico García Lorca no es lo más apropiado -- fechas de esperanza-- de hecho su desesperanza nos llega a la médula de los huesos, pero lo especial de esta versión es que en este video se juntan esperanzas lejanas para crear algo que merece la pena.

Cecilia Kam Shan Ho, una de mis estudiantes del pasado semestre en Madrid, no se conformó con recitar el poema sino que volvió dos días después para ofrecer a la clase una versión cantada con su bella voz y dramática interpretación. Cecilia vive en Hong-Kong y estudia en EE.UU. Era, en el momento de la grabación, estudiante de lengua española de segundo año.
El realizador del video es Elías López-Trabada Ataz, un alma generosa que dedicó el poquísimo tiempo libre del que dispone para la realización de este proyecto. Agradezco al Instituto Internacional y a su directora Pilar Piñón por facilitarnos el acceso al edificio en horas en que no nos pudieran interrumpir. Y, como se dice en inglés “last but not less” a mi apreciado Andrés Hernández de Usa que cada mañana me ha recibido con una sonrisa y sus buenas vibraciones para que empezara el día con el pie derecho, aunque me hubiera despertado con el izquierdo, y que se quedó velando el edificio hasta que terminamos.
Lo mejor del 2012 para todos.




Andrés se despide con su zapateado.

martes, diciembre 06, 2011

El Corte Inglés: arroz con leche y "gracia"




Si viviera en Madrid me haría adicta a El Corte Inglés y a Sálvame Deluxe, por este orden. Sálvame empezó horrorizándome y esta semana ha acabado fascinándome. Menos mal que me quedan pocos días de televisión española; cada día mi capacidad crítica disminuye y se acortan mis paseos nocturnos...
En mi larga estancia, y como he pasado todos los días por sus puertas a la vuelta del trabajo, he frecuentado El Corte Inglés de Serrano. Fue un domingo en que me recuperaba de una terrible gastroenteritis que, sin nada que pudiera comer en casa, me acerqué a la cafetería. Después de mirar el menú me di cuenta que no había nada que mi delicado sistema digestivo pudiera digerir; buscaba yo una sopita. Me levanté y antes de salir le pregunté al camarero si tenían restaurante. Me enseñó un largo y estrecho pasillo desde el que se divisaba, a través de lo que parecía una puerta de cristales cerrada, una sala de mesas cubiertas de lino blanco. Entré, me intimidó un poco ver que era la primera…¿o sería la única? Con paso firme me dirigí al fondo, al lado de los ventanales que quedan casi a ras del cielo.
El maître me había dicho graciosamente que eligiera la mesa. No podía arruinarme una sopita de pescado, pensé mientras me sentaba. Y no me arruinó, es más, me atreví a pedir un arroz con leche de postre. El arroz me sentaría bien, con la leche pondría mi estomago a prueba. Vi al camarero, un joven ágil y atento que sonreía pícaramente, con una COPA de arroz con leche—como si de un helado se tratara. Gran desilusión… Me acordé de los grandes tazones de mi abuela. ¿A quién se le ocurre poner el arroz con leche en copa? Empecé a dudar, aunque la sopa había estado sabrosa. Pecado mortal! El arroz con leche estaba divino. Habría que volver.




Una semana después, acompañada de una amiga, pedía yo por segunda vez el arroz con leche. Le pregunté al mismo sonriente camarero si lo podían poner en un tazón. Sin dejar de sonreír asintió con la cabeza. Como era de esperar, en el tazón cabía el doble que en la copa… ¡Menudo festín!





Hoy volví por mi tercer arroz con leche. Esta vez con mi tía, experta en arroces y más golosa que yo. Con la conversación se me olvidó pedir los tazones… Quizás podría hacerlo, pensé cuando vi que el camarero salía de la cocina con dos platos de sopa para los comensales de al lado. Pero no, el mismo sonriente joven se acercó a nuestra mesa y nos dejó delante dos platos soperos llenos de arroz con leche. Mi tía exclamó “madre de Dios”, yo me quedé muda. En un principio pensé que se habría quejado más gente de que el arroz con leche se sirviera en copas… Le conté a mi tía lo de la copa y el tazón, añadiendo--medio en broma y considerándolo un disparate – que a lo mejor el camarero se acordaba de que le había pedido un tazón la segunda vez.


Sin ningún reparo acabamos las dos --pronto y al mismo tiempo-- el monumental plato del celestial arroz…El camarero se acercó y preguntó a mi tía: "¿Todo bien?" Ella se relamía todavía bajo la servilleta… Sin mirarme pero apuntando hacia mí con la cabeza, añadió: "Sabemos que a la señora no le gusta el arroz con leche en copa". Acabada la frase me sonrió con complicidad. No me lo podía creer, mi tía tampoco.
Sorprendente encontrar hoy día personas como este excelente profesional: buen fisonomista, memoria para el detalle y sentido del humor y el juego. Hacer que el cliente se sienta persona y que vuelva no sólo por el arroz con leche sino para disfrutar de tan amable y singular trato.
"Chapeau!" le dijo mi tía al salir. Yo le dejé una buena propina.



PD En los restaurantes de El Corte Inglés siempre me han tratado con bandeja de plata. No sé si recuerdan la ocasión en que no me cobraron: “lo paga la casa” me dijeron en el de Callao hace un par de años.

sábado, noviembre 26, 2011

A MEDIA LUZ


De jóvenes, y no tan jóvenes, la llamábamos soñadora, idealista, romántica, contestataria… Le incomodaban los adjetivos, no se identificaba con ellos. Ahora me doy cuenta de cómo la simplificábamos. Con el tiempo aprendí que se le podía alabar si uno lo hacía con cierta ironía que ella recogía para montar un juego de disparates. Era ingeniosa, nos hacia reír, pero sabía cuando pasar el protagonismo a otro. Podía acaparar la atención del grupo y con la misma facilidad te hacía sentir que eras el centro de atención de todos. Te presentaba a otros con justas y comedidas palabras para acabar diciéndoles lo imprescindible que eras en la vida…

Las fiestas y cenas en su casa empezaron a ser menos frecuentes. A mí, en particular, no me extrañaba; estamos tan ocupados…Además, desde que se jubiló su marido pasaban la mitad del año fuera. Fue a la vuelta de uno de estos viajes que me encontré con ella a la salida de una conferencia. Llevaba prisa y prometió llamarme para ponernos al día. Nunca lo hicimos.

Un año después ahí estábamos, en el salón de otros íntimos amigos que celebraban su cincuenta aniversario. Una extensa familia, amigos y colegas llenaban el amplio y abierto espacio. Los brindis, la música y el ruido de los críos en la sala contigua era más de lo que yo podía soportar. Cogí la cámara y me aparté a una de las esquinas del salón. Subida en una banqueta empecé a sacar fotos, buscaba caras conocidas. Las fotos pasarían a mi colección personal; otro fotógrafo mejor equipado que yo se movía entre el gentío haciendo a los invitados posar en pareja o grupo. Qué bien salvarme del objetivo de su cámara, pensaba yo en el momento que la divisé en el centro del salón. Era ella, brillaban sus hermosos ojos negros, casi febriles. Parecía que la emoción la traicionaría y rompería a llorar de un momento a otro. Estaba colgada del brazo de su marido que al mismo tiempo apoyaba su mano derecha en las manos prietamente entrelazadas de ella. Capturé la hermosa escena.

El anfitrión daba las gracias a los presentes por acompañarlos en ocasión tan única. Acabó con un brindis para “ellos” --situados en el centro del salón-- los próximos en celebrar su cincuentenario. Sin soltar la mano de ella agradeció él con un sobrio movimiento de cabeza los aplausos del grupo. Ella se sonrojó y sin dejar de sonreír miraba con inquietud a un lado y otro. Apretó con más fuerza el brazo del marido. Creí ver unas lágrimas.

Han pasado casi dos años y nunca celebramos aquel aniversario anunciado. Después de un tiempo de preocupantes silencios, nos acabamos de enterar que no reconoce a nadie, ni siquiera a él. Está ingresada en una residencia para enfermos de Alzheimers.

Ahora, mirando la foto, me asombra lo torpe que fui al confundir lo que sus ojos revelan claramente: no, no era emoción lo que desprendían, era miedo.
¿A cuántos nos reconocería aquel día? Si es que reconoció a alguien.

martes, noviembre 15, 2011

MADRID ILUMINADO



De la noche a la mañana, y como por arte de magia, observo que más y más calles del barrio de Salamanca aparecen cada día engalanadas con luces navideñas. De momento están apagadas pero me aseguran que antes del 15, fecha en que me voy, las veré lucir. Ojala así sea.

En la puerta de Alcalá están montando algo especial. La rodean enormes focos. El joven taxista que me tocó anoche me dijo que las había visto encendidas por unos momentos cuando bajaba La Gran Vía y que era un espectáculo impresionante; se sentía orgulloso de vivir en Madrid. Me aseguraba que había visto otras capitales europeas y ninguna la igualaba…Se atrevió a decir que “hasta los catalanes lo dicen”; se refería a los catalanes que el lleva en su taxi por Madrid. Yo me entusiasmé con la conversación y cuando me di cuenta se había pasado Mariano de Cavia y tuvo que dar la vuelta para volver a Menéndez Pelayo, mi punto de destino. No es secreto que soy la entusiasta número uno de esta ciudad.

Subiendo el ascensor a donde estaba invitada a cenar pasteles de carne murcianos con un excelente vino, seguía pensando si disfrutaré o no de las miles de luces que veo en mí recorrido por el centro de Madrid. También me pregunto cómo pagará el Ayuntamiento este derroche de energía eléctrica…Cómo pagarán los excesos de esta festividad los ciudadanos que cargados de bolsas se apiñan en masas en las aceras de La Gran Vía y otros centros comerciales. No lo sé.

Durante años, cuando vengo a España, vuelvo convencida -- y no soy la única-- de que la calidad de vida en este país es increíblemente superior a la de EE.UU. aunque NADIE aquí me cree. El desastre económico acucia a los dos países y no hay quién sepa o pueda salvarnos de él, pero el espíritu con que lo afrenta el público no puede ser más opuesto: allí lo lloramos y con austeridad nos vestimos de luto sin saber si podremos pagarnos el entierro. En España se vive al día y se buscan soluciones en los cafés y los bares en compañía de amigos y familia…o se pasea por el hermoso Retiro madrileño.

Sé que estoy simplificando y hasta estereotipando la situación. Les recuerdo que he tenido la suerte de vivir en el barrio de Salamanca, pero tengo la suficiente imaginación para hacerme una idea de cómo se vive en los barrios pobres; me crié en uno de ellos.

Qué disfruten del alumbrado y recuerden a aquellos que no tienen luz!

viernes, noviembre 11, 2011

MADRID, 11-11-11




Don Libra me dijo el día de mi cumpleaños algo así: ¿qué se trae usted con el uno?

Me auguraba un buen año.


Hoy 11-11-11, desde Madrid, soy feliz. Hace 35 años que por estas fechas me enamoré en Madrid y en estos días me he vuelto a enamorar. Hace años me enamoré ciegamente y ahora con los ojos abiertos. Me quedan unas semanas de clases antes de volver al blanco y frió Boston, pero espero el regreso con ilusión, no con la incertidumbre de mi primer viaje sino con la seguridad de encontrar allí a los míos…los perros los primeros, cómo no.

Madrid me ha revitalizado: las caminatas diarias a Miguel Ángel 8. El saludo mañanero de Andrés a la entrada de tan hermoso edificio, mis estudiantes, casi hijos para mí. El ambiente amistoso y relajado con los compañeros. Un privilegio que se me ofreció en Julio, cuando menos lo esperaba. Ojala pueda volver en el futuro.

Los madrileños me han rejuvenecido. Siempre ocurre cuando vuelvo, pero esta vez ha dejado huella en mí. Empezó el segundo día que llegué. Entre en una farmacia para comprar gotas de ojos y vi un grupo de cajitas en la que sobresalía una que decía DeMEMORY 50 le pregunté a la farmacéutica que si realmente se notaba alguna diferencia si las tomaba, “Sí, por supuesto”, me contestó. Le pedí una caja; vi que no me daba la de 50 sino otra más pequeña. Le indiqué que quería la otra. Ante mi sorpresa ella me contestó con énfasis que esa era para personas de cincuenta para arriba. Encantada y divertida le dije que iba a cumplir 60…En fin, vanidad. Me vuelvo a los Estados con una gran dosis de vanidad, y no me importa porque en poco se borrará: seré un número más en las calles de Boston, donde nadie te mira o te habla, donde hasta los vecinos evitan el saludo. Pero vuelvo más joven de lo que llegué, convencida de que empiezo a vivir, sin dejar de olvidarme que morimos cada instante y por eso hay que atraparlo mientras lo vivimos. Espero no olvidarlo.

Esta energía positiva con la que me voy se la debo en gran parte a mis más queridos amigos y familia que me han mimado y ayudado como sólo los que te quieren pueden hacerlo. Me siento afortunada. Va a ser difícil dejarlos después de tan estrecho contacto.

Sí, Don Libra, hoy 11-11-11 puedo decir que, hasta ahora, ha sido un buen año. Un año que me ha quitado años de encima, de los que me he quedado sólo con lo mejor.
Según Sila hoy es el día del ángel solar.

domingo, octubre 30, 2011

NEVADA DE OCTUBRE EN EL ESTE DE EE.UU.

Anoche, 5 de la tarde en Boston, hablaba con mi amiga Marta – que me cuida los perrillos por un par de días – y me decía que le daba pena dejarlos salir al jardín para que hicieran sus necesidades, estaba lloviendo. Mientras que decidíamos estrategias le salió un alarmante “estrella”, a lo que siguió, “está nevando!” No me lo podía creer y cuando me lo creí pensé que serían esos capullines que se derriten nada más tocar tierra. Aquí, en Madrid, disfrutamos de un día verdaderamente otoñal después de calores y fríos intermitentes.
Quién podría negar a estas alturas que tenemos encima un cambio climático global? Pues muchos, sobre todo en año de elecciones en EE.UU.
No quiero ni pensar que esto sea indicio de lo que nos espera este invierno! Quizás haya que comprar esa máquina quita nieves…la espalda ya se resiente.

lunes, octubre 24, 2011

NEW YORK, NEW YORK....!


Como es costumbre de la casa, hago hoy una presentación oficial de un enlace en mi blog al The Local East Village

El Local East Village atrajo mi interés este verano pasado cuando mi hijo solicito el puesto de editor… y se lo dieron ( seamos sinceros) Una vez quitado el “elefante” de en medio podemos seguir como si nada hubiera pasado.
Lo cierto es que en estos meses he aprendido muchos de los barrios de NY City. También tengo que dar crédito al Huracán Irene del pasado agosto qué afortunadamente pasó por Manhattan como tormenta tropical. Mucho mapa miré entonces, en mí ahora echado de menos CNN, para enterarme por dónde y cuándo pasaría el agua.

Barrio de profesionales, de estudiantes, de gente relacionada con la literatura y con las artes. El nombre del East Village se popularizó en los años 80, cuando los constructores e inversionistas trataron de renovar y limpiar el nombre del barrio que se había conocido, hasta entonces, como Lower East Side. Según Nuevayork.es, la reputación negativa del Lower East Side no impidió que este barrio atrajera a un buen número de cantantes y escritores: desde los “Beat” como Allen Ginsberg y Jack Kerouac hasta figuras como W.H. Auden, o artistas y músicos como Andy Warhol, Bob Dylon, Charlie Parker y Jimi Hendrix. De Ginsberg deriva el nombre de un importante festival de las artes que se celebra a finales de agosto de todos los años: Howl! Festival de las Artes.
Nuevayork.es describe muy bien el ambiente del East Village, animado por la vecina New York University. “Durante el día, encontramos en lugares como St. Mark’s Place, numerosos locales de tatuajes y piercing, tiendas de música, de ropa de segunda mano, así como un buen número de galerías, boutiques, sin olvidar los particulares cafés. Tompkins Park, que ha figurado estos días en las noticias fue, en el pasado, un lugar de encuentro para los habitantes negros del barrio y hoy representa un espacio de respiro en medio de la ciudad.” Por la noche, cuando se cierra el parque, ya están abiertos un buen número de restaurantes, pubs y locales con música.”, entre ellos los célebres restaurants indios (en la calle sexta entre las avenidas primera y segunda, donde hay una pequeña “Little India”.

Visiten the East Village

viernes, octubre 21, 2011

Principe de Asturias: Leonard Cohen

No me ha sido difícil elegir entre las noticias de hoy en la prensa. Tampoco es secreto en este blog que Leonard Cohen me conquistó hace años.
Justo es que le hayan dado el premio Príncipe de Asturias.
Aquí les dejo las palabras de aceptación del mismo. Muy a su estilo…


















RICCARDO MUTI. Otro de mis favoritos premiado...

miércoles, octubre 19, 2011

sábado, octubre 15, 2011

ENCUENTRO CON MANUEL MONTERO



He estado intentado escanear una serie de dibujos que Manuel Montero hizo de mí mientras hablábamos en el Café Gijón. No he tenido suerte, los resultados no hacen justicia a los originales. Voy a esperar hasta volver a Boston para hacerlo en mi scanner.

Encantadora Eve, pareja de Manuel. Conectamos inmediatamente, periodista y excelente fotógrafa. Manuel sacó sus lápices de colores y decidió escucharnos mientras dibujaba.
Mi primera impresión fue como si nos conociéramos, como si hubiéramos mantenido charlas con frecuencia. Manuel menos intimidante en persona que por escrito…más niño tímido y mimado, se deja querer fácilmente.

Me regaló dos series de tres novelas cada una: "El proletariado en Apuros" y "Desde el Hotel". Las dos las regalaré a la biblioteca de Harvard en cuanto vuelva a casa. Yo las tengo en mi disco duro.

Al final, cuando nos despedíamos, se produjo un mal entendido: Le dije a Manuel y a Eve que si pasaban por EE.UU. en Boston tenían su casa…No se trataba de la formula con la cual se quita uno a un pesado de encima; añadí que tenía un dormitorio de huéspedes, hermoso y cómodo. A esto Manuel me contestó que, en todo caso, por qué no lo invitaban a Harvard? Quedé algo desconcertada. Yo no tengo nada que ver con Harvard, y si lo tuviera – aclaré – Harvard sólo invita a personas destacadas y conocidas en su campo…Esto no le gusto a Manuel. Francamente, no era mi intención ofenderlo.
Espero que así lo reconozca

viernes, octubre 07, 2011

MANTECADOS


A la salida del mercado, con mis frutas y verduras, me he tropezado hoy con un puestecito de golosinas y pan integral. Mi vista se ha ido a los mantecados. Llevo años soñando - y paladeando en mi sueño – aquellos mantecados que nos comíamos mi madre y yo cuando íbamos al centro de Jaén; casi siempre para ver a su médico. De vuelta a casa parábamos en la misma confitería y allí mismo, de pie, nos comíamos cada una un mantecado que debió desaparecer con ella: nunca más, después de su muerte, he comido cosa parecida.

La dueña de la confitería nos conocía. Cuando me alargaba las pinzas con el mantecado no sabía yo por dónde cogerlo, tenía miedo a que se desmoronara. Eran grandes, blancos, dulces. Se deshacían en la boca y con cada bocado un suave calor invadía mi cuerpo. Yo miraba a mi madre, el azúcar le marcaba un bigotillo gracioso; ella me sacudía el vestido. Sabía que mi madre sentía el mismo calorcillo y bien estar que sentía yo. Que bien nos entendíamos. Era nuestro secreto…el mantecado, el calorcillo y la adoración que nos teníamos.

Los de hoy son los mejores que he probado desde la perdida de aquellos. No voy a volver a comprarlos. De hecho, voy a dejar de buscarlos. Mientras saboreaba el último, por primera vez en mi vida, me he sorprendido a mi misma aceptando la realidad de los mantecados. Lo que busco es a mi madre…Ya son demasiados años de búsqueda. Estoy cansada.

jueves, octubre 06, 2011

STEVE JOBS: 1955-20011


Steve Jobs nos hacen ver a la muerte de una forma más llevadera: si alguien como él muere, que más da cuándo uno muera.
Steve Jobs todavía podría haber contribuido a la mejora de este mundo, pero la muerte no distingue entre él y yo, o tú que me lees, que seguimos viviendo sin saber para qué hemos nacido.

No sé mucho de él , no más de lo que dice la Wiki pedía, pero en estos últimos años lo he oído hablar en diferentes ocasiones y me cautivó su sencillez, ese “ángel” que tenía y te aseguraba que estabas ante una persona auténtica, sin dobleces ni pretensiones. Me impresionó mucho cuando me enteré que padecía de un cáncer incurable, me entristeció.
Los “dichos” de Jobs son de interés, como los de cualquier genio que consiguió vivir como cualquiera de nosotros. No he encontrado ninguno en español pero si ustedes los encuentran, por favor, déjenlos por aquí.

Uno de mis favoritos:

You can’t connect the dots looking forward; you can only connect them looking backwards. So you have to trust that the dots will somehow connect in your future. You have to trust in something — your gut, destiny, life, karma, whatever. This approach has never let me down, and it has made all the difference in my life.


viernes, septiembre 30, 2011

La poesía romántica como lengua extranjera.

Interior del Instituto Internacional,sede del programa de B.U.


Empiezo ahora
a introducir a mis estudiantes a la poesía española. Muy jóvenes son, jovencísimo su español, por lo cual he seleccionado, para empezar, una serie de poemas que les atraiga el tema y que sean fáciles en su lenguaje y forma.


Rosalía de castro ( 1837-1885)

Te amo… ¿Por qué me odias?
-Te odio… ¿Por qué me amas?
Secreto es éste el más triste
y misterioso del alma.

Mas ello es verdad… ¡Verdad
dura y atormentadora!
-Me odias porque te amo;
te amo porque me odias.


**********


Sintiéndose acabar con el estío
la desahuciada enferma,
—¡Moriré en el otoño!
—pensó entre melancólica y contenta—,
y sentiré rodar sobre mi tumba
las hojas también muertas.
Mas... ni aun la muerte complacerla quiso,
cruel también con ella;
perdonóle la vida en el invierno
y cuando todo renacía en la tierra
la mató lentamente, entre los himnos
alegres de la hermosa primavera.

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
Hoy la tierra y el cielo me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto…, la he visto y me ha mirado…
¡hoy creo en Dios!


Antonio Machado (1875-19390)

Todo amor es fantasía;
él inventa el año, el día,
la hora y su melodía;
inventa el amante y, más,
la amada. No prueba nada,
contra el amor, que la amada,
no haya existido jamás.


Pedro Salinas (1891-19510)

Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo."


___________________________


Imaginen que tienen entre dieciocho y veinte años:
¿Qué poema ha sido el más popular?
¿Cuál el menos interesante?

domingo, septiembre 25, 2011

LE IBAN A AMPUTAR UNA PIERNA



Hasta aquel momento su vida, lo que él llamaba «vida» en los últimos años –desde que notó al despertarse que la pierna le fallaba y se resistía al peso de su cuerpo–, se había centrado en descubrir por qué no le obedecía. Al principio pensó que con un poco de mimo la pierna, a la que había querido tanto, se reformaría y todo volvería a la normalidad; pero la pierna no le dejaba caminar, dormir o vivir tranquilo.

Se preguntaba con frecuencia qué habría hecho para ser castigado de una forma tan cruel. Nunca le había hecho correr más de lo que ella podía, ni saltar precipicios, ni cargar con pesos amargos… Hasta renunció a lo que más deseaba en su juventud: ser futbolista. Renunció porque, desde que descubrió el valor de esa pierna, decidió que era lo mejor de su cuerpo y moriría con ella puesta.

Era consciente de que perdería el pelo, los dientes, la visión…; ¡hasta se volvería sordo! Esto último era una tara hereditaria en la familia. Pero la pierna, ¡esa pierna de la que tan orgulloso estaba…! ¡Antes morir con ella que perderla! Así lo juró en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Era creyente.

Parecía que la pierna se hubiera cansado de tantas conjeturas y dependencia, y que la única forma de llamar la atención del resto del cuerpo era dejar de funcionar perfectamente. Poco a poco lo hizo. El resto del cuerpo lo sintió, incluida la ropa, los zapatos… ¿Qué pasaría si se la amputaran?, se preguntaban los pantalones.

La técnica había avanzado tanto para entonces (había pasado décadas viviendo con la exigente y caprichosa pierna) que se la podían reemplazar por otra muy parecida y más duradera…, aunque no le daban una garantía de por vida, como la otra la tenía, a pesar de sus dolencias y achaques… Sin embargo, siempre se podría reemplazar con otra más avanzada; tan adelantada que cuando su cuerpo requiriera el descanso y el silencio, la nueva pierna lo levantaría del sillón y le haría recorrer millas, saltar arroyos… Y si no lo podía hacer, el nuevo injerto lo miraría con cara de reproche, cansancio y desesperación, pensando: «¿Qué demonios hago yo con este cuerpo?» Entonces sería la pierna la que pediría un trasplante de cuerpo… ¡y rápido!

Al fin no puedo contar lo que pasó… No supe si decidió pasar por el quirófano o seguir con la «difícil de vivir pierna»…, como él la llamaba. Acaso aún sigue andando con esfuerzo por las esquinas de su vida.

viernes, septiembre 23, 2011

Primer día de otoño en Madrid

Tenía que volver un día y reanudar la conversación con ustedes, aunque ando seca de mollera este primer día de otoño.
Una pena no haber tenido el buen ánimo como para sentarme al teclado y contarles esas pequeñas cosas que, recién llegada a Madrid, siempre me sorprenden y me hacen renacer…Las conversaciones con los taxistas a la cabeza de la lista.
Pero estoy cogiendo pocos taxis; el barrio de Salamanca me da la oportunidad de andar a mis destinos diarios. Además, no es igual estar en Madrid un par de semanas – en ese caso los taxis están justificados – que quedarse casi cuatro meses aquí. Andar, rozarse con la gente en las aceras, pasar por delante de las terrazas, y ver como los pobres se las arreglan para sacarnos unos céntimos dan de sobra para pensar.

Fue ayer cuando sentada en una terraza pasó un joven con su acordeón. Se colocó enfrente de la mesa de una familia con niños y empezó bajito con su música. En menos de dos segundos lo llamaron y le dieron dinero para que se marchara y los dejara en paz. Muy ingenioso, pero me pareció cruel.
El chico se mudo a donde estaba nuestra mesa. Tocó y tocó y el sonido subió y subió hasta que me era imposible oír lo que decía el de enfrente. Terminó su tabarra y pasó el bote. No le dimos nada…No sé qué fue más humanitario, darle dinero para que no tocara, o dejarlo tocar y luego no dárselo por haber interrumpido nuestra placentera charla. Problemas de conciencia.

De vuelta a casa entré en el supermercado DIA. Poco compré, nada comestible. Llegué a la Caja y observé lo que los demás habían comprado. El señor que estaba delante de mí, vestido al estilo del barrio, llevaba un par de pechugas de pollo, una barra de pan, yogures y unos tomates…A la hora de pagar vi que le invadía la confusión; se puso nervioso. Buscaba en los bolsillos y en la cartera…Finalmente le dijo a la cajera que tendría que dejar una de las cosas que llevaba.
En estas situaciones no sabe uno qué hacer, lo mejor es hacerse el despistado… a mí me salió lo de ¿pero cuánto le falta? La cajera no contestaba y el señor estaba de lo más incomodo. Entre sorprendido y avergonzado me dijo: “no, por favor, no se preocupe”. A lo que yo repetí de nuevo , ¿Cuánto le falta?, entonces me dijo que un Euro. Le puse el Euro en la mano donde ya tenía unos billetes. La cajera se divertía con el intercambio, el señor se apuraba para salir por la puerta a mi par y yo recogía mis cosas para desaparecer de allí lo antes posible. A la salida me dijo atropelladamente:”Bueno, a ver si nos vemos otra vez para poder devolvérselo”. Yo, dándole ya la espalda – íbamos en sentido opuesto, gracias adiós! – le contesté: “no se preocupe, páseselo a otro”…
A algún acordeonista, pensé.

viernes, septiembre 16, 2011

JOSÉ ATAZ HERNANDEZ (1927-2011)


Que difícil me va a ser hacer justicia a este noble “toro”, como nos referíamos a él en estos últimos años tras pasar, una y otra vez, ingresos en la UVI que la mayoría de nosotros no habríamos sobrevivido. Para ello tendrían que hablar todos aquellos que tuvieron la buena fortuna de conocerlo. Muchos de sus más queridos amigos, ya muertos, también.
Conocí a mi tío a los doce años. Mi tía Esperanza se había enterado de que, desde la muerte de mi madre, andaba de casa en casa (por así decirlo) y en los veranos “por esos campos de Dios” como una gitanilla. Para mí fueron veranos inolvidables, pero esta visión romántica-picaresca movió a mi tía y seguramente a su marido, a invitarme a pasar el verano del 62 al Mar Menor. Me enteré así de cómo viven los que estudian: yo llevaba varios años sin ir a la escuela, y era lo que más deseaba.
Quiero aclarar que aunque me refiera a ellos como “tíos” y “primas”, el lazo sanguíneo es mínimo; por parte de mi tío, nulo. Mi madre y mi tía Esperanza eran primas hermanas que se habían visto un par de veces en su vida. Eso, precisamente, hace mi relación con ellos mucho más fuerte.

El verano, que debieron ser casi tres meses, pasó en un soplo. Mi tío venía los fines de semana, hasta el mes de agosto en que tenía vacaciones. Mis tres primas--a la mayor le llevo 5 años--eran casi preciosas muñecas para mí. Con ellas y sus amigas jugué sin descanso y con la abundante imaginación que por entonces tenía.
Preparada mentalmente a volver con mi abuela me llevé una gran sorpresa. Mi tía me preguntó que si me quería quedar con ellos; así iría a la escuela…
Fue entonces cuando me di cuenta de lo diferente que era mi tío a otros hombres. Era persona de pocas palabras. Había delegado en mi tía mi cuidado y educación. Pero no por eso dejaba yo de observar el aprecio que me tenía. Mi tía no podría haber tomado la decisión de esta “adopción” sola. Evidentemente lo hablaron.
Tenía tres hijas y no le importaba añadir a la mesa a una cuarta, extraña. Mi experiencia había sido otra. Desde ese verano, mi admiración y cariño hacia ellos –especialmente a mi callado tío – nunca ha tenido límites.
Pronto, después de ese verano, me encontraría haciendo una vida errante, gitana de verdad pero en un Seat 600. Nombraron a mi tío Delegado de Hacienda y viviríamos en las siguientes ciudades, nunca más de tres años: Córdoba, Burgos, Cádiz, La Coruña y Sevilla. Acabaríamos en Madrid donde mi tío tuvo un importante cargo en el Ministerio de Hacienda.
En 1977 me fui a EE.UU. En un principio volvía todos los veranos, pero en el 94 dejamos de hacerlo por diferentes razones. Fue en esos años de mi ausencia cuando mi tío empezó con problemas médicos. Me mantenían informada y las posibilidades de vivir una vida normal para él eran mínimas, desde un principio. Pasaron unos años y nos sorprendió a todos – en particular a sus médicos – que consideraban que cada día era una prórroga. El siguió trabajando desde casa: ayudaba a amigos, familiares o antiguos clientes… a extraños que conocía en sus paseos en su silla motorizada o sentado en el café de enfrente de casa. La voz corre y en casa siempre había alguien entrando o saliendo cuando yo llegaba.
Escribió artículos de opinión que ni el ABC se atrevió a publicar… Dejaría los artículos y pondría su esfuerzo en un libro:¿MEMORIA HISTORICA? SI, PERO PARA TODOS. Si pinchan en el titulo podrán leer la reseña que hace de él José Manuel G. Torga.
Dedicó un ejemplar a mi marido y cuando le reproché que no me hubiera incluido me dijo, como si él llevara toda la razón, que para qué queríamos dos, en un matrimonio lo que es de uno es del otro. ¡Pues no, pensé yo, mi tío es mío y no del otro! La verdad es que fue mi marido el primero en leerlo… y eso lo sabía él al dedicárselo. El día de la presentación me puse en la cola y se sonrió al verme. La dedicatoria: “A María Estrella que no le gustan las ataduras”.
En estos cortos viajes que he hecho desde el 2006 con el motivo principal de disfrutar de mi familia, hemos tenido largas conversaciones. El silencioso tío Pepe se había vuelto locuaz, apasionado, y argumentativo, era difícil callarlo…Tengo el honor de haberlo dejado callado y pensativo en un par de ocasiones.
Sé que se sentía desilusionado, triste por la situación política actual. No concebía ese desprecio de los nuevos políticos a toda una generación que bajo los últimos años de Franco preparó al país para una transición sin problemas. Toda una generación de funcionarios del estado que habían trabajado honradamente y con un pago mínimo. Una generación ahora perdida sin la cual el cambio habría sido bien diferente.

Acabaré, con una anécdota que lo retrata.
Cuando volví este pasado abril, mi tía no estaba en casa. La puerta del despacho de mi tío estaba cerrada y del griterío (mi tío estaba sordo) y algún que otro sollozo de mujer, deduje que se estaba debatiendo algo serio y urgente. Me puse cómoda. Por fin se abre la puerta corredora y veo salir a una pareja en sus setenta, de aspecto humilde. Ahora es ella quien discute porque mi tío no le dice cuánto ha sido la consulta, de casi dos horas, mi tío apoyado en sus muletas la empuja, prácticamente, hasta la puerta; el marido mientras tanto deja un sobre blanco en la mesa del despacho.
Cierra la puerta con alivio y cuando se da media vuelta y me ve dice: “¡Anda, si estás tú aquí!”
A mi insistencia, y resumiendo, me explica que la semana anterior este señor – taxista- lo recogió para llevarlo a una reunión. El taxista le preguntó que si era abogado… Así fue como le explicó a mi tío en el lío que estaba metido con sus hermanos; pensaba que le estaban robando parte de la herencia de sus padres. Ni corto ni perezoso le tendió una tarjeta y le dijo que lo visitaran en casa para arreglar la cuestión. Y vaya que si se la arregló. Muy contentos salieron ese día que los vi. ¡Pero no se esperaban que les saliera gratis! Cuando le señalé que habían dejado un sobre con dinero, me hizo un gesto de indiferencia y nos pusimos a hablar de otra cosa. El dinero del sobre blanco, con seguridad, pasaría a otro caso parecido. Probablemente en el mismo sobre.

NOTA
Para los que no conocieron a José Ataz Hernández personalmente, este ensayo autobiográfico les dará una idea de la fuerza e intensidad con que lo vivía todo, y con la claridad que se expresaba.

Testimonio de una Convicción

miércoles, septiembre 14, 2011

NOSTALGIAS


Hoy vuelvo a una vida casi normal.
Anduve desde mi apartamento a Miguel Ángel ocho.
Hermoso edificio.
Di mi primera clase con un día de retraso.
En el aula sólo existe el presente, los demás tiempos no nos pertenecen.
De vuelta a casa he buscado un almohadón de plumas.
Esta noche quizás duerma.
Cuando he llegado a este extraño lugar donde resido ahora
he sentido nostalgia de Yo-Yo Ma y su admirado Morricone.
El sonido de mi laptop es estridente, irritante, pero sigo escuchándolo.
Espero que ustedes tengas buenos altavoces y almohadones de plumas,
Aunque sean de IKEA.

martes, septiembre 13, 2011

TAKASHI NAKAYAMA

Fue en la clínica donde hojeando una revista encontré mi horóscopo para esta semana:
Mejor día: lunes
Salud: No permitas que nada ni nadie te quite el sueño.
Dinero: No cambies de trabajo
Amor: Por propia experiencia ya lo sabes: no te creas todo lo que te
digan.


Bastante acertado, con la excepción del amor! El lunes fui a casa de Takashi, ya había tenido un encuentro con él cuando estuve aquí en primavera y decidí que nadie más que él me volvería a tocar el pelo. Décadas en EE.UU. de frustraciones con las peluquerías. Creo que nunca he vuelto más de dos veces a la misma en las cinco ciudades que he vivido.
Sentada en la silla giratoria, delante de un espejo que me devolvía la imagen de una extraña mujer cansada, dejaba a Takashi que hiciera lo que quisiera con mi pelo… para alguien de mi autocontrol esto es un milagro. Mi deseo: ir a la peluquería y que nadie note que he ido: solo Takashi puede conseguir esto. Otra manía: que me corten el pelo pero que me lo dejen igual de largo: nadie ha sido capaz de hacerlo antes de conocer a Takashi.
Así que, como ya he dicho, voy en contra de mi horóscopo en cuanto al amor: Lo que digaTakashi va al cielo…y yo detrás de él para que me corte el pelo.
Takashi Nakayama, artista, no lo confundan con el pintor, trabaja en casa, en Madrid, y viaja a Barcelona con frecuencia para atender a los clientes que hizo cuando vivía allí.
Ya les digo, a un hombre de su talento no se le deja fácilmente. Yo he caído en el hechizo.

TAKASHI NAKAYAMA
HAIR CUT
678 550 457

miércoles, septiembre 07, 2011

La salud de 'nuestros' enfermos.

Les iba a contar mi viaje de Boston-NY-Madrid, largo pero interesante. Cuatro horas en el aeropuerto JFK para un observador es oro. Una vez en el avión me proponía dormir – o hacerme la dormida-- pero me tocó un locuaz y simpatiquísimo joven (una mezcla de hijo y sobrino) y caí en la tentación de seguirle en su seductora conversación: lo último que me dijo, antes de mandarlo a dormir, fue que lo primero que encontraría en casa cuando llegara sería un plato de JAMON. Ni que decir tiene que lo primerito que haría yo al llegar a Madrid sería ir al mercado y comprar Jamón y pan crujiente.
Pero el hombre propone… y la salud dispone. Nada más llegar me fui derecha a la clínica donde estaban a punto de operar a mi tío. Éramos unos cuantos en la sala a la espera de noticias. En buenas manos estaba el paciente, en el equipo su hija y su nieto (madre-hijo…para mí prima y sobrino). Y fue éste quien en dos ocasiones entró para asegurarnos que todo iba mejor de lo previsto y la intervención quirúrgica duraría menos de lo pensado. Me emocionó ver al todavía, para mí, “pequeñajo” vestido de azul…o como su hermano ha titulado esta foto que hizo con el teléfono “el nuevo George”.



martes, agosto 30, 2011

EXAMEN DE CONCIENCIA

Recuerdo aquellos tiempos, al rededor de mi primera comunión -- entre los ocho y los doce-- donde el examen de conciencia era una gran responsabilidad. Ahí estaba yo, pensando y repensando todo lo que había hecho durante la semana que hubiera perjudicado a mi prójimo, o no lo hubiera favorecido: por el hecho de ignorarlo y considerarme yo el ombligo del mundo...Pecado de omisión!
Antes de confesar me concentraba intensamente y hacía una lista mental de todo lo que consideraba 'pecado'. La lista siempre era corta, lo cual me hacía sentir mal ¿ cómo podía ser tan buena!? Las tentaciones del diablo -- supuestamente-- nos "acosaban" diariamente. Todo lo que podía recordar era una mentirijilla, una desobediencia, jugar en la calle mientras mi madre se quedaba sola, dormida por la morfina... A veces me inventaba cosas para que mi confesión fuera más importante. Seguro que era más mala de lo que yo creía, pero no lo sabía reconocer.

A los dieciséis años -- la última vez que me confesé --- un cura me interrumpió con impaciencia diciéndome " venga niña, no me hagas perder el tiempo". Este hombre me abrió los ojos, aunque me hizo sentir ridícula, imbécil. Con el permiso de mi tía dejé de ir a misa los domingos.
Pero de todo esto me ha quedado una costumbre bastante sana, creo yo. No soy religiosa, no soy creyente, sólo creo en el prójimo... y el prójimo empieza conmigo; no deberíamos esperar de otros más de lo que uno puede dar.
Durante años, antes de dormirme, he pensado siempre en la ropa que me pondré para ir al trabajo al día siguiente...Cuando me despierto no pierdo tiempo, en menos de 15 minutos estoy lista. Después de resolver el problema de la ropa, y sin poder dormir, paso a repasar el día, la semana, el mes...mi vida. No es un recorrido agradable, pero creo que tampoco lo sería para el más santo que pise este planeta. Si de algo me sirve este recorrido nocturno-- este examen de conciencia que nada tiene que ver con la religión-- es para conocerme mejor y saber hasta dónde llega mi egoísmo, hipocresía e indiferencia a lo que me rodea. El examen de conciencia (y que cada cual lo llame como quiera) ayuda a conocerse uno mejor...

Claro, no hay garantía de que te ayude a conocer mejor al otro , porque el prójimo -- aunque empiece contigo-- no eres tú.

sábado, agosto 27, 2011

martes, agosto 23, 2011

HAPPY MOTHERS DAY!



Es mi primer viaje largo a España, sin el resto de la familia, desde que llegué a este país hace 34 años. Llevo varios días limpiando armarios: tirando todo lo que sólo tiene valor sentimental, pero no vale para las organizaciones de caridad... También varias bolsas de cosas en excelente estado para " The Salvation Army". Cualquiera diría que me voy para no volver...esa siempre es una posibilidad para cada uno de nosotros, pero no, no es mi intención.
Creo que todo viene de cuando era pequeña y mi abuela me solía preguntar antes de salir de casa:
- ¿te has cambiado de bragas?
- No, abuela, están limpias...
- ¿cómo que están limpias?! Mira si te pasa algo y te llevan al hospital, o te mueres... con las bragas sucias!?

Me gustaría usar el diminutivo "braguitas", al fin y al cabo yo era una mocosa; pero mi abuela nunca usó los diminutivos, lo llamaba a todo por su nombre.
Más tarde, en mis 11 ó 12, la manía era 'la cama'. Lo primero que habia que hacer al levantarse era la cama; no antes de 'airear' las sabanas colgándolas de la ventana, o el balcón, durante un buen rato. Daba igual la estación del año en que nos encontráramos...Si más frio mejor, más fresquitas (limpias!) volvían al colchón.
Se me ocurre en este momento que todo vendría de siglos atrás. La honestidad de la mujer llegaba a tales expectativas que había que enseñar a la ciudad entera las sábanas y mantas diariamente...Más tarde todo debió pasar a lo de 'airear la cama'. Todo esto debe estar documentado y me estoy descarrilando de lo poco que quería contarles.

Haciendo limpieza de cajones me he encontrado con esta 'tarjeta', escrita a lápiz en papel de dibujar, de uno de mis hijos. No creo que tuviera más de diez años, probablemente menos. Lo que en aquel momento me hizo gracia hoy día me ha hecho llorar y pensar que diferente sería el mundo si miráramos a nuestros seres queridos de la misma manera que lo hacíamos cuando éramos niños: sin esperar que fueran perfectos.

Claro, mientras escribo esto los habitantes de Libia creen haber alcanzado lo imposible, y por este país, en el Este, ha pasado un terremoto de respetable intensidad : ni lo he notado!

jueves, agosto 18, 2011

GRACE KELLY


Para la caída del verano, les voy a dejar con Grace Kelly, una de esas niñas prodigio que empezó con el piano y en poco tiempo pasó a componer su propia música. Hoy a los 19 Grace Kelly, vecina de Brookline, está de tour por medio mundo colgada de su saxofón... y su Iphone, para no perder contacto con sus amigos y los muchos admiradores que la siguen.
Phil Woods, no sólo "se quitó el sombrero" en el 2006 durante un concierto con la entonces casi niña ( catorce años!) sino que se lo colocó a ella. Este año Grace le devuelve el gesto con su álbum "man with the hat".

Si son aficionados al jazz, se lo recomiendo.


sábado, agosto 06, 2011

DEMOCRACIA DEGRADADA



La clase media de EE.UU es la que mejor sabe los sudores y sacrificios que se requieren para llegar a tener un crédito AAA. Algo que se nos ha hecho casi imposible por la avaricia y la truhanería de los banqueros. Algunos lo hemos conseguido a fuerza de vigilar y luchar constantemente contra esta casta de ciudadanos que tienen en el congreso más poder que el presidente.
Es de agradecer, para el que haya seguido las últimas negociaciones entre el Congreso y Obama, que alguien haya tenido lo que se debe tener, cabeza, para bajar del pedestal -- por pura irresponsabilidad -- a la gloriosa USA.


Una de las razones que da la Agencia S&P, autora de esta acertada decisión, es el que no se haya incluido en el reciente acuerdo para manejar la deuda nacional, una subida de impuestos.
Mientras tanto, los Republicanos se felicitan por haber conseguido el 97% de lo que querían. Muy difícil se lo pusieron a los Demócratas, al Presidente...Aun así, una gran desilusión nos hemos llevado con Obama. Muchos esperábamos que no diera su brazo a torcer, aunque el país se viniera abajo. Muchos mejor que el país pierda su fantasmagórico prestigio con un presidente demócrata, que heredó una situación imposible de mantener, que lo haya perdido vendiéndose a los republicanos, a quienes pongo a la misma altura que los banqueros.


Echo mano del odioso "I told you so": por mucho cariño y respeto que le haya tomado a Obama, que así es, tengo que volver a las dos únicas pegas que le veía cuando se presentó a las elecciones: la falta de experiencia y la posibilidad de que el elemento racista no lo dejara gobernar. Así ha ocurrido.

lunes, agosto 01, 2011

You don't love me...? I'll wait!


Republicans have discovered that if they sit on their balls long enough they will get their way!

- What have Democrats learned?

miércoles, julio 27, 2011

EL MAR





Eso he pensado al ver esta foto. La expresión de sorpresa -- entre miedo y gozo-- de esa bella mujer palestina me ha hecho recordar mis primeras ilusiones y artimañas para ver el mar. No fue fácil pero aprendí mucho. No sólo descubrí el mar, también que podría vivir sin la presencia de los seres más queridos, y que se pueden tener cerca aun cuando nunca se vuelvan a ver.
Para empezar, y esto ya lo he contado antes, convencí a mi familia para que me pusieran en un orfanato del estado durante un año: así podría ir en verano a Almería con las monjas. Nunca había visto el mar. Mi abuela, pesarosa, consintió no sin predecir que "como la niña es tan caprichosa no durará más de un mes allí". Lo que no sabía ella es que la niña también era orgullosa, por lo tanto y a duras penas, duré año y medio!
En enero entré en este colegio y ya sabía qué bañador llevaría a Almería en agosto. Lo había visto, soñado y deseado durante años. Mi padre me lo compraría!... Pero por más explicaciones y dibujos que le hacía, no sabía de lo que hablaba. Se le ocurrió que quizás Josefina, una antigua clienta de la tienda, me entendería. Ella me lo compraría. A buscarla fuimos. Entramos en un bar y observé que el hombre tras la barra le hizo con la cabeza un gesto a mi padre indicándole unas escaleras a la derecha. Lo seguí al primer piso; en el descansillo llamó a la primera puerta que nos encontramos: un "adelante" se escuchó y mi padre, muy resuelto, abrió la puerta; yo detrás de él observé --una vez dentro-- que Josefina, a quien ya conocía, estaba en la cama cubierta hasta por encima del pecho con una sábana blanca. Era evidente, incluso para una niña, que estaba desnuda; su melena, como la de la Magdalena, suelta por los almohadones. Ninguno de los tres nos alteramos, aunque la situación me parecería extraña; tan extraña que nunca la he olvidado.
Describí a Josefina mi bañador hasta el último detalle. Ella sí que sabía de lo que hablaba! Prometió mandármelo por correo al colegio. La idea me intranquilizó, ¿cómo sabría si me quedaría bien?
Nunca me lo mandó. Creo que eso me afectó más de lo esperado: durante años, incluso en mi edad adulta, he buscado ese bañador... El bikini arrasó con mi sueño!

Un consuelo tuve. Cuando llegamos a Almería las monjas nos dieron nuestro traje de baño. Consistía en unos pololos hasta los tobillos y una camisa abotonada desde el cogote hasta las muñecas. Cuando nos metíamos en el agua estábamos más vestidas que la dulce palestina de la foto. Lo peor era cuando salíamos del agua y queríamos jugar en la arena; arrastrábamos un peso imposible para las pequeñas y flacuchas del grupo. De vuelta a la azotea del hospital nos duchábamos -- traje puesto -- con la manguera: de allí salía un agua ardiendo y salada. Para tales casos el agua de la azotea se suplía del mar! No es de extrañar pues que, a mediados de nuestra estancia en Almería, a más de la mitad del grupo les acompañaran los piojos. Yo era una de las afortunadas.

Otro día les cuento la parte divertida de mis primeras aventuras en la costa...
Entre tanto, si me pierdo, no me busquen en una playa!

miércoles, julio 13, 2011

La suerte: en todas las tallas, colores y diseño... pero al revés.


El calor ha llegado a New England tarde pero sin compasión. Llevo un par de semanas pensando comprar unos pantalones de lino y abandonar los vaqueros en estos días pegasosos. Ayer, temprano, me fui andando hasta el final de mi calle - un par de millas (?) - a un outlet de ropa de diseño a mitad de precio. Los diseñadores son totalmente desconocidos, bueno, no se fíen de mí porque sólo me suenan los que ya están muertos...La ropa es original, de buena calidad - fibras naturales - y a buen precio. Mi recordada Roxana fue la que me llevó allí por primera vez y la que siempre encontraba "the best bargains".
El sitio es agradable: un grupo de mujeres en sus cincuenta llenas de energía y con ganas de vender. El trato amigable y de un refinamiento poco común en este tipo de negocio. Abren los miércoles y sábados.


El gran inconveniente es que el probador es una sala común cubierta de arriba a bajo de espejos. Como en esos Spas baratos donde señoras de todos los tamaños, edades y costumbres, comparten en pelotas la misma sauna, las bañeras de hidromasaje y las duchas...Me dijo en una ocasión una compañera, con su meloso acento caribeño, "pero querida si todas son más viejas feas y gordas que tú!" Cosa que me produjo más aprensión a estos lugares.


Pues bien, ahí estaba probándome los pantalones. Usé el antiguo truco de llevar falda y una vez puestos los pantalones me la quitaba. Me probé varios y cada vez que lo hice me puse la falda y me quité los pantalones para volver a ponerme la falda y quitármelos después, y así varias veces. No quería mirar a mí alrededor porque sabía que estaba haciendo el ridículo.

Cuando decidí comprarme una blusa fresquita no supe qué hacer para cubrirme; así que sin mirar a nadie, y muy decidida, me quité la camiseta y me puse la blusa, todo en menos que un suspiro. Entonces fui yo la que miré y vi que nadie prestaba atención a mi ritual mojigato. Estaban todas ocupadas con su propio cuerpo: un par de amazonas que derrochaban de todo por todas partes llevaban ropa interior bien coqueta (ni se me habría ocurrido) y a una flacucha todo le colgaba como si de una percha se tratara ... Claro, también había una chica de unos veinte que todo lo que se ponía le quedaba de pasarela. Como se movía por la sala prácticamente como su madre la trajo al mundo, observé que en una de sus interminables piernas --vaya taconazos que llevaba-- desde mitad de muslo hasta la cadera, le habían tatuado el camino de Santiago. Una ruta de pequeñas estrellas de colores exquisitos. Mi vanidad me venció y le dije que mi nombre era Estrella...añadiendo "qué pena que a tu edad no se me ocurriera hacer lo mismo, te quedan preciosas". Me sonrió y dijo que su hermana también las tenía.

Con dos pares de pantalones y una blusa me acerqué a la cajera. Una de las chicas que me había ayudado me dijo "sabes que llevas la camiseta al revés?" Puse cara de fastidio, pensando en el probador. Me paró y me dijo "no, no te la cambies porque es señal de buena suerte".
Ponerse la prenda al revés, sin darse cuenta, y llevarla así...trae suerte? La creí.


No soy supersticiosa pero...
Hoy, abro mi email y encuentro un correo con una oferta para enseñar este otoño en Madrid. Algo que había solicitado hace cinco o seis años y nunca salió. Había dado por descartada tal oportunidad.

Qué me dicen?

domingo, julio 10, 2011

Happy 101 to Herman Maurer... and his love for music.



[...]
K-K-K-Katy, beautiful Katy,
You're the only g-g-g-girl that I adore;
When the m-m-m-moon shines,
Over the cowshed,
I'll be waiting at the k-k-k-kitchen door.
K-K-K-Katy, beautiful Katy,
You're the only g-g-g-girl that I adore;
When the m-m-m-moon shines,
Over the cowshed,
I'll be waiting at the k-k-k-kitchen door.

[...] http://www.kididdles.com/lyrics/k008.html




Photo by Alexandra Maurer

miércoles, julio 06, 2011

Adolfo: Peligros de la literatura.


Anoche encontré este comentario de Adolfo en la entrada previa. Me pareció interesante y divertido y habría sido una pena dejarlo enterrado en los comentarios. Además, esperamos que siga contándonos más! La ilustración de Don Quijote en Alcalá de Henares me pareció sugerente.




************


Después de siete horas de vuelo y sin haber dormido ni un minuto en el avión, pasé la mañana en el Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares, mirando papeles de la censura franquista. En un mismo memorándum (donde un burócrata había resumido varios expedientes de 1947 o 1948) se menciona a García Lorca (cuya poesía puede editarse, pero con un prólogo que explique sus “errores ideológicos”), Galdós (No autorizan una edición de “Fortunata y Jacinta”; se trata de una obra “inmoral”) y José Martí (cancelan cierta edición de su prosa porque hay demasiados comentarios desfavorables sobre España!) Qué maravilla de archivo, que capta a esos censores como moscas en ámbar. La gente amabilísima a la hora de orientar al investigador.
Salí a las 2:30, cuando cerraban; pensaba bajarme en Recoletos y acercarme a la BNE, pero me dediqué a pasear y a ver la universidad antigua. Se me había olvidado esa sobria belleza… Al llegar a la estación, como soñando, con el billete en la mano, y a punto de coger el tren, me pararon unos guardias muy simpáticos (“No hablará Vd. POR CASUALIDAD el inglés?”). Un carterista le había quitado la cartera a una estudiante coreana y ella no hablaba el español. Los guardias me dijeron que no hablaban “ni el inglés ni el chino”, y que me tocaba a mí (si fuera Vd. tan amable) servir de traductor y acompañar a la chica a la comisaría de policía para poner una denuncia, de modo que mientras íbamos caminando y charlando vimos otras calles de Alcalá.
Y a ver si duermo esta noche. Mañana vuelvo de nuevo...


Adolfo

lunes, junio 27, 2011

...Se creó en siete años.



El primer verano hicimos una media luna con losas. Tuvo que ser luna: una hilera de viejos pinos y robles de los vecinos permiten que sólo luzcan un par de rayos de sol en el porche.
Pusimos una fuente de cemento a la derecha de la media luna y el Buda—que había llegado desde Chicago con el resto de la mudanza—a la izquierda. Plantamos unos cuantos helechos, también del jardín de Chicago. Los helechos viajaron con los perros, la gata y ese montón de cosas sagradas que uno no confía a la casa de mudanzas, pero sí a un amigo como mi Volvo 940 y dos días de camino.
El verano siguiente, harta de haber visto el cemento de la fuente bajo la nieve y sin habérsele pegado patina alguna, decidí dársela yo misma. Transformé la fuente en arcilla (no hay que ser dios!) Lo malo es que se veía la bomba del agua y los cables que se enchufan en la pared de la cochera.
Plantamos más helechos y hostas, que era lo único que crecía entre la sombra y las raíces de los pinos.
La tercera primavera las piedras de la media luna aparecieron con un color verdoso parecido al de mi piel después de un invierno criminal. Una pelusilla verde las unía... Tuvimos que reemplazar varios helechos (mis perrillos les habían tomado gran afición). Plantamos otros más crecidos y nativos de New England. Ojalá fuera tan fácil trasplantar a las personas...
Ese verano lo que más lucia eran dos matorrales de acebo que ya venían con la casa cuando la compramos. Por los diez años iban...
El cuarto verano el jardincillo prosperaba. Nos dedicamos al frente de la casa. Hortensias alrededor del porche y un abedul a cada lado.
Los vecinos de al lado se contagiaron y mientras nosotros cavábamos delante ellos lo hacían en su campo de futbol de detrás. Tienen niños, así que se acercaron lo más que pudieron a las lindes del vecino ( sin mover el mojón!)


Con la quinta primavera los pájaros iban y venían a la fuente, aunque todavía se veía la fea base con los cables, bomba y demás...pero se posaban al filo de la urna y sus cuatro hilos de agua.
El disfrute de los pájaros se acabó cuando nos dimos cuenta que al acebo de detrás del buda, el más hermoso, no le salía ni una puñetera hoja (perdonen, pero cada vez que lo recuerdo me sube la tensión si no maldigo) ¿Cómo podía ser? ¿En plena juventud y habiéndole dado tanto mimo...?
Estaba claro: el vecino, viendo lo bien que lucía, decidió plantar en su jardín—el año anterior, cuando tan ocupados estábamos con el frente de la casa—otro de la misma especie. Tan cerquita cavó—el muy novato—que cortó las raíces del nuestro, que se había tomado la libertad de desperezarse en terreno ajeno...
El verano pasado tuvimos que comprar un macetón enorme para cubrir el espacio muerto del difunto abeto. Por otra parte, los helechos habían crecido, los que necesitaban ayuda para permanecer derechos se apoyaban en las hostas que los mantenían sin queja. La patina de las piedras y la fuente parecía proceder de un viejo lugar incierto. El musgo empezaba a cubrir la costura de las losas. Nos podíamos sentar en el porche y apenas ver la odiosa bomba del agua. Estratégicamente coloqué plantas en sus tientos para no ver el enchufe eléctrico...
Estábamos satisfechos. Esfuerzo, dinero y paciencia sostenía algo que en muchos momentos parecía insostenible... Hasta que un día se presentó una vecina de la calle trasera—no la conocíamos, claro—y mientras se nos quemaba la barbacoa nos explicó que era enfermera y cuidaba de enfermos en estado crítico. No sabíamos a qué venía esto: ¿un donativo, trabajo voluntario...? No, nada de eso. Le molestaba el ruidillo del chorro del agua y no la dejaba dormir! Nos pedía que lo cortáramos a las 9 de la noche!
Así que compramos un contador y lo tenemos marcado para que la fuente se pare a las ocho y media; cuando todavía no se ha puesto el sol en nuestro, ya de por sí, oscuro patio.

Este año, séptimo de la creación, no hemos hecho nada. Lo estamos disfrutando tal como lo ven....
Amablemente, hoy, la vecina nos ha dicho que hace dos noches se nos olvidó apagar la fuente. Hace dos noches yo dormía con la ventana cerrada y una manta...


martes, junio 21, 2011

"Do not stand at my grave and weep..."





Do not stand at my grave and weep;
I am not there.
I do not sleep.
I am a thousand winds that blow.
I am the diamond glints on snow.
I am the sunlight on ripened grain.
I am the gentle autumn's rain.
When you awaken in the morning's hush,
I am the swift uplifting rush
Of quiet birds in circled flight.
I am the soft stars that shine at night.
Do not stand at my grave and cry;
I am not there.
I did not die.


--Mary Frye


En un funeral ayer oí este poema. Me hizo pensar en mis propios muertos. En la foto, la ermita de Montejicar (Granada).

--

sábado, junio 18, 2011

PALABRAS COMO NOTAS: LUIS GOYTISOLO



Hablando (chafardeando, como dice ella) me cuenta Elvira que RNE ha pasado dos días en Poblet. El programa "No es un día cualquiera" ha recogido ocho horas sobre la zona, en especial sobre el Monasterio. Media hora dedicada a Luis Goytisolo, uno de los favoritos de este blog.
Luis Goytisolo, arraigado en Poblet desde hace años, siente verdadera admiración y cariño por esta " zona intocada". Desde allí lo entrevista Pepa Fernández.
Notas al vuelo...

De fondo, Mozart; la Sinfonía "Júpiter" le impresionó de joven; quería decir las cosas como las dice la música de Mozart... soñaba que su prosa, como la música, le dijera a cada lector algo sobre sí mismo.
Habla L.G. sobre lo engañoso de los recuerdos. Cada cual cuenta "su propia historia" convirtiéndose uno en el centro de su propio universo "mi vida y yo". Le preguntan: ¿Ha sido la ausencia más importante que la presencia en su vida?No realmente.
La gran ausencia ha sido la de su madre que murió durante la Guerra Civil en un bombardeo en Barcelona, cuando él tenía tres años.Se menciona a la figura del padre... los padres son los que conocen a los hijos; estos no conocieron a los padres cuando eran jóvenes.

El paso del tiempo, su irrealidad... como todas las medidas, no representa un valor absoluto.
Y sin embargo, hay cosas que perduran. A la entrevistadora le llama la atención su reflexión en Cosas que pasan sobre los muebles y la convivencia de los muebles con nosotros; son reverenciados por la familia... la cómoda de la abuela, la silla del abuelo, etc.
Comenta otros temas: la soledad, el azar, la política y la ideología. Su estancia en la cárcel, donde nació Antagonía. La autodefinición... decisiones que uno toma para definirse.

Luis se siente afortunado junto a su segunda mujer, Elvira Huelbes (Elvi para nosotros) mujer de espíritu positivo e infatigable hacedora. Ella le ha contagiado ese optimismo que él creía le faltaba.
"Se recuerdan más los sobresaltos que las cosas felices..." Las cosas que más le importan: la buena relación, relación amorosa, "amor al mundo" y escribir.

Un placer escuchar a Luis Goytisolo, que observa cómo no le hacen caso cuando habla en un grupo de personas. Quizás complejo del nene más pequeño de la familia.


Aquí se te escucha, Luis.

"No es un día cualquiera - Las reflexiones de Luis Goytisolo "

miércoles, junio 15, 2011

BOSTON BRUINS RULE !

Chara


Me dijo Don Libra que todo lo que me rodeara este año se convertiría en oro - un decir, claro - debido a mis fechas de nacimiento 1- 11 a las 11 de la mañana. Pues no ha fallado esta noche.
Los Boston Bruins acaban de ganar"The Stanley Cup". Llevaban 39 años sin. Esta noche, por primera vez en mi vida, he visto un partido de hockey y...Los Bruins han ganado 4 a 0. Más claro, imposible.
Lo lamentable es que veo en la televisión, mientras les cuento esto, a cientos de malos perdedores en Vancouver, comportándose a lo hooligan. Como contraste, en las calles de Boston, en especial en la zona del Garden donde juegan, se llenan de gente en gran celebración, que maginamos no las abandonaran hasta la llegada de su equipo.

lunes, junio 13, 2011

Los pequeños milagros de Amalia Carrara



Nunca he visto a Amalia con las manos vacías.


El pasado año fue un ángel, éste una carita tan diminuta que apenas cubre la yema de mi dedo índice. Se harán una idea de lo difícil, para este desastre de fotógrafa, de hacer justicia al 'precioso milagrito' que no sé si sonríe más con sus labios o con sus brillantes ojitos negros.
Me dejó encargada de que le pusiera un collar. A eso me he dedicado hoy. Difícil era la tarea, y más sin mis gafas para trabajos detallados que no sé por dónde andarán. Empecé con cinco brillantitos negros que me quedaban de otra pieza y los guardaba para algo especial. Empiezo a tener dificultad con piedras tan pequeñitas, así que más de una vez he tenido que ponerme a gatas y buscar en el suelo el brillo diminuto que saltaba de mis torpes dedos. Pacientemente se volvía a repetir la misma situación y al final me he dado por vencida y el collar lleva sólo cuatro luceritos negros...seis, con los ojos de la dama.
Nada ingenioso lo que he hecho: labradorita y opales peruanos. Una cadena casi invisible permite usar el collar como gargantilla o a la entrada del escote...Y como nadie más que yo lo usará, lo he hecho a mi medida.


Amalia, brindemos por tu talento, salud y amistad!

viernes, junio 10, 2011

De Oca a Oca / De Blog a Blog.



Me van a perdonar si vuelvo de nuevo con asuntos de familia pero veo que la noticia anda por la blogosfera y no va a ser mi blog la excepción...¡faltaba más!
Mi hijo mayor cambia de trabajo y de apartamento. Pasa a ser editor de The Local East Village, un blog del New York Times y NYU (New York University), un ambicioso proyecto que requiere algo que Daniel nunca ha hecho: enseñar en la escuela de periodismo a estudiantes de postgrado (Good luck, baby!) Es hora de que alguien en la familia recoja la antorcha y la lleve durante un tiempo.



Por puro azar, y cuando se les agotaba la paciencia y tiempo invertidos -- a Pámela y a Dan-- en la busca de apartamento en el East Village, sale al mercado el piso donde vivió (1975-1996) el poeta norteamericano Allen Ginsberg. Ahora renovado, esperemos que los espíritus de los que pasaron por ahí no lo hayan abandonado del todo y los inspiren a los dos. También espero una invitación, tan pronto como tengan un sofá donde se pueda dormir; no pido mucho...


martes, junio 07, 2011

CALDO DE GALLINA.

Recuerdo a mi prima Carmela recién casada: el pelo negro partido en medio y recogido en un moño bajo, ojos rasgados y una nariz perfecta. Alta y delgada, llevaba con gracia un mandil, parte del extenso ajuar que había bordado en el cortijo.
Su casa en el pueblo era inmaculada: el gastado ladrillo del suelo, con un rojo que sólo unas gotas de aceite en el agua podrían haber conseguido. Los visillos blancos, como debe ser, las sabanas bordadas todavía con las rayas de un buen planchado. Apenas eran dos cuartos y se los enseñaba - con orgullo - a aquella mocosa que ahora escribe. Me pareció la casa perfecta para pasar el resto de la vida.
Las palabras elegante, distinguida, señorial no existían para mí. Tampoco la podía comparar con ninguna belleza estelar. Marcelino Pan y Vino, el Gordo y el Flaco, y pare usted de contar... era todo lo que había visto en pantalla. Pero más tarde en mi vida la he recordado con frecuencia cuando he visto a alguna belleza de buen porte y estilo.



Esto no era todo. Carmela se había casado con Gerardo, camionero por entonces, que más que un camión parecía que le correspondería conducir un descapotable (que tampoco sabía yo lo que era). De color aceitunado, pelo lacio y negro, ojos verdes, se movía con gracia. Su temperamento callado lo hacía diferente a otros hombres de su edad.
Medio siglo después--que ya es decir--he vuelto a encontrarme con esta pareja. La casa, desde fuera, parecería la misma que yo recordaba. Una vez dentro, las comodidades del siglo XXI. Sin excesos, pero todo lo necesario para no echar de menos nada.

Lo primero que oí al entrar fue el griterío de un gallo protestón. Pasaba la tarde y el gallo no paraba. A petición mía salimos al patio. Fue cuando me di cuenta que la tradición seguía, y era esta hermosa pareja, ahora en sus setenta, quien la conservaba.


Un patio con parra y rosal rodeado de macetones recién plantados con hierbas y hortalizas. Al fondo el gallinero dividido en varios compartimentos: para los polluelos, las gallinas, los gallos y uno extra para los peleones. Carmela los saca a comer al patio por turnos. Se encarga de entrar a unos antes de sacar a otros, para evitar conflictos y vuelo de plumas. Por supuesto, el gallito cantaor, se pasea ufano sabiéndose dueño del terreno: sale el primero y entra el último. ¡Y cuidado con no acercársele demasiado con la cámara! Me libré de un par de picotazos de pura suerte...menudo personaje; claro, con esos colores no se podría esperar otra cosa.

Me dice mi prima que recoge todos los días casi dos docenas de huevos... creo que conté nueve gallinas! Todo el que entra por su casa sale con huevos frescos. Señalando a una de las gallinas comenta que "ésa ya no pone muchos" porque tiene más de siete años. Toda una vida para una gallina, pienso yo. No sé si debo preguntarle, pero lo hago:
"¿Y qué haces cuando no dan huevos?"
"Las mato," me contesta con toda naturalidad.
"Pero a los siete años deben de estar muy duras ¿no?", le replico tímidamente sabiendo que meto la pata.
"¡Huy! pero dan un caldo riquísimo!", me contesta sin inmutarse.


Así es como la tradición sigue. Y yo me siento como una boba queriendo salvar a una gallina de las manos de Carmela, olvidando cómo su madre-- mi tía Mercedes--en mis veranos en el cortijo, me mandaba al gallinero a recoger esos huevos calentitos que se amontonaban en los ingeniosos ponederos que salían de la pared en semicírculos y que siempre recordaré con ternura, y hoy como una verdadera obra de arte.
Olvidándome también de cómo disfruté de ricos caldos con fideos y gallina en pepitoria; sin preguntarme qué gallina habia cumplido siete años...