domingo, diciembre 28, 2008

UNAS NAVIDADES DE PERROS

Y literalmente así han sido. La llegada de Grady, el recién adoptado galgo de uno de mis hijos, ha sido durante unos días motivo de preparación mental… casi ansiedad. ¿Cómo reaccionaría este joven y elegante gigante cuando lo rodearan mis tres amistosos perrillos, ya en la cuarta edad? ¿Debería yo guardar las piezas de cerámica más queridas? Había que contar con la posibilidad de que mis enanos no aceptaran a Grady con la cordialidad que las fiestas requieren. Están mal criados, lo reconozco; ni siquiera saben que es Navidad y que en estas fechas hay que hacer de tripas corazón

Ocupada por otros quehaceres, Grady se presentó en casa acompañado de sus ‘confiados’ dueños - ni lo sujetaban con la correa - antes de que me diera tiempo a hacer nada práctico. Ahí estaba, en la entrada de la casa. Toby, Tana y Chiqui husmeando sus largas patas y él --con su escultural cabeza-- observando al trío, uno tras otro.


Más relajada que la mayoría de las presentaciones entre humanos estaba resultando ésta.


A continuación Grady, seguido de los tres mosqueteros y de mi inquieta mirada, se dio un paseo por la casa: pasaba cuidadosamente entre sillas, mesas, cortinas, cerámica, alfombras…de la forma más civilizada y elegante que nadie antes lo ha hecho en esta casa: sin tropezar, sin mover la cola, levantando la cabeza para no dar con su larga nariz con ningún objeto, aun si era comestible… Ya, en el segundo piso, se subió en el trillado sofá para mirar por la ventana; los perrillos lo seguían con curiosidad y complacidos de que contemplara la vista de la que ellos disfrutan diariamente. Finalmente se acomodó en el otro sofá y como todo un caballero, sin pipa ni pantuflas, se reclinó en los cojines y se echo una siesta.



Chiqui, cariñosamente, le hizo compañía durante un rato.

Grady ha sido la ‘persona’ más considerada de todo el grupo navideño. No ha ladrado, no ha roto nada, no ha requerido comidas exóticas ni bebidas caras, no ha dejado sus regalos, zapatos, abrigo, etc., por toda la casa… es más, en cuanto le dimos el osito de peluche que le habíamos comprado, acomodó su cabeza y lo usó de almohada al mismo tiempo que nos daba una mirada de profundo agradecimiento.


Esta mañana cuando me desperté hice lo acostumbrado: miré al pie de mi cama y conté las cabecitas que asomaban; cuatro tiene que haber ya que también suele estar la gata. Pues no, esta mañana sólo había dos. Lo primero que se me ocurre, en casos como éste, siempre es ‘lo peor imaginable’: “Anoche, cuando salieron a hacer sus necesidades, nos dejamos a Toby en el jardín”… Lo llamo, lo busco, subo y bajo escaleras, abro y cierro puertas…Me encuentro en pijama y descalza en el jardín (¡bendito el ‘global warming’, hoy hace un día otoñal!) y cuando estoy enfrente de la casa llamándolo como una loca…todavía en pijama, mi marido me dice que Toby y la gata están en el tercer piso durmiendo con el galgo.

Grady acaba de volver a Washington. Toby anda desquiciado ladrando por la casa …


Se ha quedado tendido a la entrada de la puerta principal. ¿Esperara su vuelta? Me pregunto cuánto tardará en olvidarlo. Después de un buen rato lo he cogido en mis brazos; esta titiritando pero sé que no es de frío. Su desconcierto es bien grande: durante un rato lo acurruco entre mi cara y mi hombro, a falta de una mecedora lo balanceo en la silla giratoria de mi escritorio al tiempo que le acaricio la nuca y le susurro “Mamma loves you…Toby is a good dog…” Después de unos diez minutos deja de temblar y como se haría con un bebé lo deposito entre los cojines del sofá…La tierna edad, la vejez, la confusión, los humanos, los animales…Nada cambia por ser Navidad.




jueves, diciembre 18, 2008

LA LOTERÍA

Vuelvo a mirar la entrada anterior, “Slovenly Peter”, y las ilustraciones saltan a mi vista un tanto disonantes con el tono del blog: las tijeras de sastre, el acoso de las abejas, el cuerpo de Peter desmembrado… No menos fatalista anda mi mente estos días; no es para menos. Aunque uno dejara de ver las noticias o leer los periódicos, todavía le quedarían la calle, el supermercado, las rebajas prenavideñas. Los jubilados sacando botellas y latas de los contenedores de reciclaje para venderlas. Ha aumentado el número de los que lo hacían regularmente, nuevas caras aparecen.

Había pensado escribir sobre el cierre de “Linens .N.Things”, una cadena de tiendas donde durante años he comprado toallas, sábanas, utensilios de cocina y otras cosas necesarias para el mantenimiento de la casa. Dos veces fui la semana pasada y el espectáculo era patético. Buscaba una buena sartén para la tortilla de patatas. No la encontré. Realmente era difícil encontrar lo que necesitabas; todo lo que quedaba eran cosas dispares, eso sí, rebajadas a un 70%.

Con esos precios habría que meterse a la caza de algo útil…¡digo yo! Así encontré una colcha que usaré como cortina, y unos Kilims con los que cubriré los cojines del sofá; todo por un total de cuarenta y nueve dólares.

Mi marido andaba metido entre las estanterías, mesas, carritos…todo lo que componía el armazón de la tienda. Estanterías que no entrarían por la puerta de la casa… pero estanterías. Cada vez que daba la vuelta a la tienda - en forma de laberinto - tropezaba con él mirando algo absurdo que no nos serviría para nada pero, en fin… Cuando me acerqué me enseñó un par de mamotrecos de estantes que, según él, irían de maravillas en el sótano para poner todo lo que está por el suelo… Le recordé que lo que está en el suelo son cosas para la basura. Teníamos que salir con algo, eso lo sabía; habría sido como llevar a un niño a una fábrica de caramelos y no comprarle un chupa-chús.

Nos dimos un par de vueltas más y, desde lejos, divisé una estantería de tamaño mediano con ruedas al estilo de las que hay en las bibliotecas. A los lados delicadas barras de no sé qué metal, y los estantes de conglomerado cubiertos por una lámina de arce. “Atractiva…” como lo que siempre he andado buscando”, dijo él. No estaba muy convencida pero… ¿Quién le iba a decir que no? A mí no me gusta que me digan no, así que yo evito decirlo cuanto puedo. Si cabe en el coche cabe en la casa, es mi teoría.

A la salida nos encontramos con un chico de unos treinta y pocos que repartía diligentemente unas hojas publicitarias; buscaba trabajo. Según la lista, hace de todo: puede instalar nuevas ventanas o abonar el césped; reparar el tejado o quitar la nieve de la acera, construir un porche o… “NO JOB TOO SMALL”.

De camino al aparcamiento nos dimos cuenta que en el anuncio, el correo electrónico estaba mal escrito. Volvimos con el coche a la puerta de la tienda y lo buscamos - quién sabe cuántas hojas habría repartido- ya no estaba allí. Pero, en el anuncio de Mike, así se llama este ‘manitas’ con quince años de experiencia, estaba su teléfono… ¿Quién usaría el e-mail, verdad? Cuando llegamos a casa lo llamamos para avisarle del error.
La respuesta: la grabación de una señorita, con una voz muy sexy, que anunciaba “the number you have called is out of service at the moment”. Me entraron ganas de llorar.

Dije al principio que ‘HABIA pensado escribir’. Veo que lo he hecho. No creía que me fuera posible.

En cambio quería dejarlos de buen ánimo y hablarles de mi billete de lotería. Mi primer billete de lotería navideña.

¿Y si me tocara? La familia de mi padre, incluido él mismo cuando vivía, tiene suerte con la lotería… ¿Por qué no la tendría yo? Pues seguro que no: soy afortunada en el amor… Eso siempre me ha frenado a comprar un décimo, por si ganaba.

Pero este año mi amiga Lola me ha mandado el billete que ven ahí arriba: “para que tus sueños se hagan realidad” me escribe.

Cuando estuvo aquí este verano, hablamos de futuros proyectos imposibles. Lola siempre tiene soluciones para todo: la lotería…su casa, su familia, su coche… Su generosidad, que no tiene limites. Con amigos así, ¿quién necesita ‘el Gordo’?:
YO ¡Para estar cerca de ellos!
¡Que aunque nos toque la lotería, conservemos la salud y la amistad en el próximo año!

miércoles, diciembre 10, 2008

PEDAGOGIA: SLOVENLY PETER, PEDRO EL GUARRO



Slovenly Peter es uno de los libros que mi marido sacó de la biblioteca de su padre a escondidas. Favorito de él y sospechó que también de sus cuatro hermanos. Se adelantó a ellos hace más de dos décadas. Me podría haber servido de guía para educar a mis dos hijos, pero me pareció de tal crueldad que lo puse fuera del alcance de ambos hasta que tuvieran la suficiente madurez para digerir 'la dura disciplina alemana' de finales del XIX para los pequeños.

Esta joya debió de tener bastante éxito en una familia como la de mi marido...El libro está hecho trizas, le faltan páginas - aunque es difícil saber ya que no están numeradas - también da señales de haber sido arrancado de manos sucias y garfias por los "slovenly" cinco...
El padre de mi suegro lo compró en 1917 en Filadelfia, en una librería alemana. Definitivamente dio resultado con la educación de él y sus hermanas…

Durante un tiempo me arrepentí de no haberlo usado en la de mis rebeldes mocosos. Se me ocurre que toda esa rebeldía debia ser creatividad mal entendida. Hoy dos hombres de los que estoy orgullosa. Aunque los dos ‘juran’, y nadie les va a convencer de lo contrario, que cuando eran niños les lavamos la boca con jabón por decir palabrotas.
Este es el lastre dejado por las vívidas y coloridas ilustraciones de Slovenly Peter. Ilustraciones que dos niños vieron cuando su madre creía que tenían la madurez suficiente para apreciarlas sin que les impactara.
Nos hemos tenido que resignar y ya no discutimos el caso del jabón. Lo más parecido a esta historia podría ser que su padre - influenciado por Slovenly Peter - los amenazara con hacerlo. Pero nunca ocurrió…No delante de mí!

El chupadedos....



La glotona...
El goloso...

La llorona...que pierde los ojos...

La orgullosa... que acaba con un cuello de un metro....


Y el que mas me gusta.... Jimmy Sliderlegs!

















domingo, diciembre 07, 2008

GENOCIDIO

La palabra genocidio tan familiar para las generaciones presentes fue creada por Rafael Lemkim, judío polaco, en 1944. Proviene de las raíces - genos (término que significa familia, tribu o raza) y -cidio (del latín-cidere, matar). Lemkin quería referirse con este término a las matanzas por motivos raciales, nacionales o religiosos: “Por genocidio queremos decir la destrucción de una nación o un grupo étnico” (Axis Rule in Occupied Europe ix. 79). Luchó durante años para que las normas internacionales definiesen y prohibiesen el genocidio.
Así empieza el programa de CNN, con Christiane Amampour que, minutos después de dejarlos a ustedes con las historias de los gatos me disponía a ver.
Me sorprendió lo reciente de la palabra misma ya que desde tiempos bíblicos han existido estas matanzas.También el admirable tesón, hasta su muerte, de Lemkim y después el de otros muchos que han estado conectados con genocidios posteriores al de la Alemania Nazi.

“Lemkin y la Convención para la prevención y sanción del genocidio. 1948”
“A pedido del secretario general de la ONU, Lemkin, asistido de los destacados juristas Vespasiano Pella y Donnedieu De Fabres, ayudó a preparar el primer borrador de la Convención sobre Genocidio y el 9 de diciembre de 1948, la Asamblea General votó y aprobó la Convención para la prevención y sanción del genocidio; por primera vez las Naciones Unidas adoptaba un tratado sobre derechos humanos.
Lemkin, el infatigable campeón de la Convención, pensó que nunca llegaría el 9 de diciembre de 1948. Cuando lo hizo, estaba de pie en la galería de prensa del Palais de Chaillot en París, y no quitó los ojos del debate de la Asamblea General, controlándose para no interferir. Por último, llegó la votación. Cincuenta y cinco delegados votaron por el sí. Ninguno votó en contra. Justo cuatro años después de que Lemkin presentase el "genocidio" al mundo, la Asamblea General aprobó en forma unánime una ley que lo reprimía.”
Artículo completo http://tinyurl.com/6luaqq

El programa presentado por Christian Amampour Scream Bloody Murder es de gran interés y, como todo lo que ella hace, serio y completo. Espero que lo puedan ver. Desconcierta recordar hasta donde puede llegar la maldad de los seres humanos cuando se organizan, y lo torpemente que nos movemos y actuamos, los que observamos, para impedir estas injusticias.

Resumen: http://www.cnn.com/2008/WORLD/europe/11/20/sbm.overview/index.html



Se centra en los siguientes países:
CambodiaRwandaBosnia and HerzegovinaThe HolocaustDarfurIraq








miércoles, diciembre 03, 2008

COMO MEDICAR FACILMENTE A SU GATO....by Coco

Buscando en la Red al Coco que visitaba este blog (sí, el que nos hizo la tortilla onanista) me encontré con “soy coco”... quien me asegura no tener nada que ver con su tocayo: “lo malo abunda”, me dice este otro coco.

Desde que lo encontré – al segundo Coco - vuelvo, (de cuando en cuando y de incógnito) a visitar sus intimos silencios: me gusta su vena poética y casi fatalista, su trasnochado romanticismo y su original sentido del humor, con frecuencia rayando en lo absurdo de la existencia.
Así encontré estos consejos sobre cómo medicar a un gato. Mis experiencias con Chata, mi gata, me dicen que sólo alguien que convive con gatos podría haber escrito estos catorce TRONCHANTES mandamientos. ¡Qué los disfruten!



Gracias COCO.



Guías prácticas paso a paso.
Primera entrega: cómo medicar fácilmente a su gato.

Antes de iniciar el proceso descrito en la presente guía, deberá usted adquirir el medicamento en cuestión. En este caso, y a modo de ejemplo, se utilizará un "antibiótico de amplio espectro dosificado en prácticas ampollitas de cristal de 5 ml. Agradable sabor. Via oral".

Paso 1: Disponga la comida predilecta de su gato en cantidad generosa. Enciérrese sigilosamente en el cuarto de baño para que su mascota no observe sus maniobras y no sospeche. Vierta sobre tan magnífica vianda, una de las ampollitas de 5 ml. Remueva con una cuchara o tenedor. Coloque la mezcla obtenida en el recipiente donde su gato se alimenta habitualmente. Llámelo cariñosamente.

Paso 2: Transcurridos dos días, deposite el contenido del recipiente (intacto) en el cubo destinado a la basura orgánica.

Paso 3: Repita el paso 1 con un entrecot de ternera de primera calidad y/o con una paella marinera aderezada con marisco recién pescado en la Costa Brava.

Paso 4: Repita el paso 2.

Paso 5: Olvídese del antibiótico por un momento y ofrezca usted a su gato las sobras del frigorífico. A estas alturas llevará más de cuatro días sin probar bocado.

Paso 6: Observe feliz y plácidamente cómo ese hijo de la gran puta devora hasta el último pedazo.

Paso 7: Sujete al gato con el brazo izquierdo, dulcemente, como si se tratara de un bebe, al tiempo que mantiene la ampolla de antibiótico oculta en la palma de la mano de esa misma extremidad. Utilice los dedos índice y pulgar de la mano derecha para ejercer una leve presión sobre las mejillas del animal. Cuando la mascota abra la boca, introduzca un extremo de la ampolla, previamente abierta, y espere a que el animalito trague el medicamento.

Paso 8: Recoja la ampolla del suelo, limpie las manchas de antibiótico del techo, haga descender al gato de las cortinas (se recomienda utilizar unos guantes de jardinero y unas pinzas de barbacoa), cámbiese la camisa hecha trizas, desinfecte los arañazos de la mejilla con Betadine y limpie la sangre de la alfombra.


Paso 9: Coloque a su mascota boca arriba, sobre la cama, y ate sus extremidades a cada una de las patas de la misma. Ábrale la boca ejerciendo palanca con un
destornillador e introduzca directamente en su interior una ampolla entera, con la certeza de que medio mundo no puede estar equivocado y los gatos comen de todo, "total-un-poco-de-cristal-no-le-hará-daño".

Paso 10: Extraiga las astillas de vidrio de la palma de su mano con sumo cuidado, utilizando unas pinzas de cirugía. Deposite el colchón hecho trizas en elcontenedor de basura inorgánica y los restos de la cama en el vertedero para muebles desechados.

Paso 11: Pida ayuda a un vecino. Enrrolle al gato en una toalla dejando únicamente su cabeza libre. Mientras el vecino se sienta sobre su mascota en cuclillas, aprisionándola fuertemente entre las piernas. Utilice una pajita de plástico, donde previamente habrá aspirado desde la ampolla el antibiótico (vaya con cuidado al ejecutar este paso si lo hace sorbiendo, por si el medicamento entra en contacto con sus labios y es usted alérgico al mismo). Introduzca la pajita entre los dientes del gato y sople enérgicamente.


Paso 12: Llame a su madre para preguntar si es usted alérgico a los antibióticos. Tome varios tragos de su bebida favorita para eliminar esa sensación nauseabunda. Escriba una carta a la empresa farmacéutica describiendo las diferencias entre "agradable sabor" y "brebaje vomitivo e infernal". Pida disculpas a su vecino por el mordisco que le ha propinado su gato en la entrepierna y lamente con él la irremediable pérdida de sus testículos. Acompañe a su vecino a urgencias.

Paso 13: De vuelta a casa, deténgase en IKEA para comprar una cama nueva, y en el conservatorio de música para inscribir a su vecino en el típico curso "aprenda a cantar como Montserrat Caballé".


Paso 14: Llame a su veterinario para comunicarle que, inexplicablemente, ha utilizado hasta la última ampollita de antibiótico y su gato, lejos de experimentar mejoría, agoniza a causa de la infección. Con un poco de suerte podrá convencerlo de que le administre una inyección letal. Al gato no. A usted.
Adolfo loved the piece and sent me this translation:

How to Give Your Cat Its Medicine

A Practical Step-by-Step Guide

Before beginning the process described in the present guide, please acquire the appropriate medicine. In this case, for example, we will use a “wide-spectrum antibiotic in convenient, individual 5 ml glass vials. Pleasant tasting. By mouth.”

1. Set aside a generous portion of your cat’s favorite food. Sneak into the bathroom so that your mascot has no suspicion of what you’re about to do.
Pour one of the 5 ml vials on top of that feast and stir with fork or spoon. Place the mixture in your cat’s dinner bowl. Affectionately, summon the cat.

Step 2. Two days later, deposit the (entire) contents of the food dish in the container you use for compost.

Step 3. Repeat step 1 with a first-class cut veal cutlet and/or with a seafood paella, with fresh shellfish from the Costa Brava.

Step 4. Repeat step 2.

Step 5. For the moment, forget the antibiotics and offer your cat leftovers from the refrigerator. It will have been four days before he has had a bite to eat!

Step 6. Enjoy watching how the son of a bitch gobbles down every last bit of it.

Step 7. Cradle the cat gently in your left arm, as if it were a baby, while concealing the vial of antibiotics in the palm of the hand of said extremity. With the thumb and index finger of your right hand, press gently on the animal’s cheeks. When your mascot opens its mouth, insert the tip of the previously-opened vial and wait for the little bugger to swallow the medicine.

Step 8. Pick up the vial from the floor, clean the spots of antibiotic off the ceiling, get the cat down from the curtains (highly recommended: gardeners gloves, barbecue tongs), change your shredded shirt, disinfect your scratched face with Betadine, and clean the blood off the rug.

Step 9. Place your cat on the bed and tie his extremities to the four bedposts. Pry open his mouth with a screwdriver and insert an entire vial, with the certainty that hey, half the world can’t be wrong, cats eat everything, and anyway, a little glass never hurt anyone.

Step 10. With extreme caution, using surgical tweezers, extract the splinters of glass from the palm of your hand. Put the shredded mattress in the receptacle for non-organic trash, and the remains of the bed in the dumpster for discarded furniture.

Step 11. Ask a neighbor for help. Wrap your cat in a towel, leaving only its head free.
While your neighbor squats over your cat, trapping him firmly between his legs, suck the contents of the vial into a plastic straw (do this step very cautiously if you are sipping the medicine, for it may come into contact with your lips, and you may be allergic to it.) Insert the straw between the cat’s teeth and blow energetically.

Step 12. Call your mother to ask if you’re allergic to antibiotics. Take a few shots of your favorite drink to get rid of the nauseating taste. Write a letter to the drug company describing the difference between “pleasant to the taste” and “revolting, infernal potion.” Ask forgiveness of your neighbor for the bite your cat gave him between his legs. Grieve with him over the irremediable loss of his testicles. Accompany him to the emergency room.

Step 13. On the way home, stop at IKEA to buy a new bed, and stop at the Conservatory to enroll your neighbor in a course called “Learn to Sing Like Montserrat Caballé”.

Step 14. Call your veterinarian to tell him that, inexplicably, you’ve used every single vial of antibiotics and that your cat, far from getting better, is dying because of the infection. With a bit of luck, you’ll be able to convince him to give you a fatal injection. Not for the cat. For you!