sábado, noviembre 29, 2008

CIVICS LESSONS


Este largo y tranquilo fin de semana de Thanksgiving, en EE.UU. sólo ha sido interrumpido, para algunos, por las noticias que durante tres días nos han llegado de la India. Una vez más la violencia ejercida por grupos radicales se ha llevado por delante a un gran número de personas ajenas a sus motivos. La violencia sólo engendra violencia y es contagiosa.

¿Dónde acabará este incidente?

La situación económica en que nos encontramos se nota en las calles de Boston. ‘Black Friday’ o la ocasión más grande del año para hacer las compras prenavideñas a un precio módico no ha resultado tan frenética como en otros años. ¿Se puede ver esto como augurio de una Navidad más austera y sensata? Ojalá, aunque se nos anima al consumismo como solución a la crisis financiera por la que pasamos. Pero para consumir hay que tener dinero y por lo tanto un empleo, etc. etc.,

En mi caso, además de disfrutar de mi familia, me he pasado dos días buscando mis antiguos pasaportes y otros documentos enterrados. Ni que decir tiene que abrir viejas cajas y cajones que se atrancan te lleva a un viaje en el tiempo que puede resultar agridulce pero sorprendente: antiguas fotos, recibos, tarjetas de felicitaciones, alguna que otra carta que se escapó de la quema…Todo aparece… menos uno de mis pasaportes, el más crucial. En él está registrado que pasé un año en España en 1980/81. Estas son las irregularidades que quieren ver. Me imagino que, como hace tanto tiempo, no va a importar; sería significante si este viaje lo hubiera hecho en los últimos cinco años.

El próximo martes me presento a mi - última y definitiva- cita con el gobierno americano para mi nacionalización. Tengo que reunir una larga lista de documentos y entre ellos ‘todos los pasaportes que haya usado desde que llegué a este país’ Lo sorprendente es que sólo me falte uno; nunca creí que volvería a necesitar un pasaporte anulado, si guardé los otros fue por puro sentimentalismo.

Hoy me he puesto a repasar el folleto que publican para pasar este examen. Lo tendré que hacer con la misma seriedad que estudié hace años para ser funcionaria del estado español. Lo irónico es que después de años de seguir la política de este país, especialmente los últimos años, con la guerra de Irak, las elecciones… Trabajar en casa me permite - si quiero - tener CNN todo el día puesto…Lo que decía, sería irónico que suspendiera el examen, pero posible, ya que las preguntas que te hacen son las típicas de lo que se aprende en la escuela primaria. Ya os contaré si paso o me devuelven a mi país de origen… ¡Qué ya no sé cual es!

Aquí os dejo algunas; a ver si las podéis contestar.

- color de la bandera
- cuántas estrellas tiene…cuántas franjas
- cuantos estados hay
- cómo se llaman los cambios a la Constitución
- cuántos senadores hay … cuántos representantes
- cuál es el estado 49…y el 50
- presidente durante la guerra Civil
- autor de la Declaración de la Independencia
- quién dijo: “dame libertad o la muerte”
- cuáles eran los 13 estados originales
- cómo se llama el himno nacional …quién lo escribió
- qué tipo de gobierno tiene EE.UU.


Hala, a contestar. Son las facilitas. No se les ocurra gastar bromas. Mi blog está vigilado por la CIA, es la única explicación que tengo para haber tardado dos años en llegar a este momento. Si me suspenden, los haré responsables.

jueves, noviembre 20, 2008

DE MIS SOLEDADES VENGO


No sé cuándo empecé a notar que Soledad buscaba mi compañía; no hace mucho. Tenía que quitármela de encima, ¡con lo ocupada que estaba yo! Empecé enseñándole un poco sobre cerámica, pintura, jardinería… pero esta endemoniada no tenía saciedad… todo se lo tragaba y en unos meses pedía más. La literatura la había tenido entretenida pero ahora no le bastaba, es más, le aburría. Recurrí a las piedras, sus cualidades, colorido, dureza… le advertí sobre la adulteración por la que pasan las piedras en estos duros tiempos … Pasé a inspirarla en el diseño… eso la tendría absorta, ¡quién sabe cuánto tiempo! Le hice componer cientos de collares, cada cual con su personalidad… Pero la ladrona se empezó a aburrir y, sin que yo me diera cuenta, repetía ciertos patrones y colores, hasta que ella misma se cansó y renegó de ellos.

Me sigue y me atosiga…

He intentado recordar cuándo demonios se coló en mi vida.

Pudo ser cuando mis hijos se marcharon a la universidad. Quedaron dos dormitorios libres, el frigorífico lleno de comida que nadie aprovechaba. El silencio de la casa la pudo conquistar. Pero no, lo que le gustaba a esta maldita era estar conmigo. Yo, demasiado ocupada para hacerle caso: tantos estudiantes, una nueva casa en Chicago que absorbía mi poco tiempo libre… veranos, inviernos, primaveras.

Cuando menos lo esperaba volvimos a Boston. Nuevos proyectos: otro jardín… cortinas, colores en las paredes…¡Tanto cuadro que colgar! Las piedras, los collares… Dejé de enseñar y empecé a trabajar en casa.

¡Ah!, eso es lo que la traidora estaba esperando para hacerse por completo conmigo… Ahora la ignoro, la espanto, la maldigo, la empacho y emborracho.

Esta descarada puede con todo, nunca me dejará.

Anoche buscaba unos documentos que necesito para finalizar el proceso de mi nacionalidad estadounidense. Entre ellos aparecieron fotos de hace años; los tiempos en que no conocía a Soledad… ni rastro de ella. Un antiguo cuaderno salió de una de las cajas. Era del primer año en la Facultad - en la Complutense - un cuaderno de apuntes. Hojeándolo vislumbré entre las páginas una letra que no era mía. Me detuve en esas páginas; parecía que en una clase, algún compañero (seguro que era un chico) había usado mi cuaderno para matar su aburrimiento. Me hacía preguntas, yo le contestaba escuetamente y no muy interesada en el juego:

- ¿En qué piensas?
- ¿Qué quieres ser?
- ¿Qué te importa?
- ¿Qué esperas de la vida?
- ¿Tu primer pensamiento al despertarte?
- ¿Tu último al acostarte….?

Y entonces…

- ¿Qué te entristece?
- “La soledad”
- ¿De quién? ¿de todos?
- “Soy muy egoísta… La mía”
- ¿Esperas salir de ella? ¿Cuándo?
- “Lo intento todos los días”

Estas respuestas de hace más de treinta años me han desconcertado. No recuerdo - ni puedo imaginarme - que a esa edad ‘temiera a la soledad’. Siempre fui una niña alegre; una adolescente con éxito: lo que hoy llamaríamos ‘popularidad’. Una familia que me quería. Ese año en la facultad disfruté hasta el máximo de la experiencia…

¿De dónde salieron aquellas respuestas? Las únicas autenticas del ‘tonto juego’ que ocupó tres folios de mi cuaderno de apuntes en 1974.
Why doesn’t Soledad leave me alone?
Oleo de Nick Patten

domingo, noviembre 16, 2008

Otoño, malos augurios


El otoño se nos ha echado encima de golpe. No sé por qué presiento que será un invierno largo y frío. Será que llevo semanas de frustración intentando preparar la casa con las típicas precauciones que el invierno de esta zona requiere.… Ahora estoy en proceso de que limpien los canalones. Han sido varias semanas de llamar a Mike, que los instaló hace tres años y ofrecía una garantía de ‘por vida’ a su servicio.

El moderno sistema de los sofisticados canalones (leaf guard) supuestamente impide que las hojas de los muchos árboles que nos rodean los atranquen. Este verano con las lluvias torrenciales que tuvimos me di cuenta de que el agua se acumulaba en los que enmarcan el tejado principal y los desagües no acarreaban la cantidad de agua esperada. Ya, dispuesta a llamar a otra compañía, apareció hace unos días un joven que decía llamarse Mike y que era el dueño. Le expliqué, quería aclarar la confusión, que el Mike con el que hicimos el contrato era un hombre de unos cincuenta y tantos, alto, de buen talante y formal. El joven - ruborizado - dijo que él era el hijo; su padre había muerto, hacia dos años, de cáncer de pulmón. La noticia me desconcertó: las llamadas que había hecho a Mike, los recados malhumorados que le había dejado, las maldiciones que le había echado en silencio…siempre habían sido con la imagen del padre en mente. Estaba convencida, y desilusionada, de que Mike había sido un fraude. Muy amable, hasta el momento en que le pagamos…

El hijo, visiblemente emocionado, añadió que todos los clientes de su padre le decían lo mismo, ‘que era una gran persona’. Parecía que se tuviera que haber muerto el padre para que el hijo se enterara.

Al día siguiente de este incidente, los perros - encaramados en el mirador de la sala donde trabajo - empezaron a ladrar desaforadamente. Me tuve que levantar para callarlos. Miré por la ventana: una pequeña ambulancia se había parado en la casa de la vecina de al lado.

La triste casa rosada, como yo la llamo, lleva más de 10 años sin habitar. Fue cuando nos mudamos que la pintaron de este hermoso rosa grisáceo. Hace meses que otros vecinos me dijeron que Mimi, la dueña, no estaba contenta en la residencia y que quería volver a casa. La lujosa residencia donde vivía le costaba 12.000 dólares al mes. Su descontento con el servicio le hacía amenazar continuamente al personal con que los dejaría y volvería a su casa. Los vecinos que la conocen bien la describen como una persona insoportable y déspota. Sin familia, hija de los dueños - en su tiempo - de varios comercios en la calle principal (la pescadería, carnicería, los comestibles, frutería…) ha ido vendiendo estos negocios para costear su estancia en la residencia. Pero no se trata de que se haya arruinado; dinero le queda, pero no salud.

En la ventana estaba yo, cuando se abrieron las puertas de la ambulancia. En poco, apareció una silla de ruedas que dejaba asomar unas piernas esqueléticas y pálidas... un pequeño cuerpo y finalmente una cabeza desproporcionadamente grande con el resto. No pude verle la cara pero la anciana llevaba gafas y tenía el pelo blanco y lacio. Mimi había vuelto a casa.
En menos de 15 minutos la debieron de instalar y la ambulancia desapareció. Esa noche me asomé varias veces a la ventana por si la podía ver. Le he dejado saber, a través de la vecina más allegada a ella, que si nos quiere conocer que nos lo diga y le he pasado nuestro número de teléfono por si necesita algo.

No veo señales de ella. Por la noche las únicas luces encendidas son la de la cocina y otra tenue en el salón del frente de la casa; me imagino que ahora le servirá de dormitorio.
Hoy he visto entrar a una enfermera, pero sé que no quiere ayuda y que quiere estar sola. Mimi tiene 87 años; por su incapacidad física no puede desplazarse por la casa. Después de tantos años alejada de ella no disfrutará de los cuadros, colgados en diferentes cuartos, pintados por su padre y su hermana. Tampoco de los recuerdos dejados por su madre en los cajones y armarios de arriba.

¿Por qué habrá vuelto? Para acabar donde nació… ¿Qué estará haciendo ahora?... ajena a lo que yo escribo ¿Qué pensaría si lo leyera? Lo detestaría… ¿Cómo va a soportar las barricadas de nieve que cercarán su casa; no podrá subir al segundo o tercer piso para ver la calle… Perderá cuenta del tiempo: ahora que a las cinco ya es de noche, en unas semanas a las cuatro estará casi oscuro.

Me vuelvo a asomar y no hay rastro de ella. En las habitaciones que dan a mi patio las ventanas tienen las persianas a medio subir, seria fácil verla.

Presiento que tendremos un invierno largo y frío… Mi Buda ya se prepara para las nevadas de este invierno. También vigila la casa rosada.

domingo, noviembre 09, 2008

EL DIA DESPUES DE LAS ELECCIONES…

Me quedé dormida esperando ver si los demócratas se hacían con el Senado: 60 escaños necesita un partido para alcanzar una posición de dominio en el Congreso. A las tres y media de la madrugada, cuando me iba a la cama, habían conseguido 56. Cuando me despertó el teléfono a la mañana siguiente todavía estaban en 57. ¡El teléfono! El oftalmólogo… tenía cita a las ocho y media y eran las nueve menos cuarto.
“Maria, where are you?!”. Amablemente, Sara, la recepcionista me dice que si puedo llegar a las nueve y media el Dr. Roseane me podrá ver, un paciente ha cancelado.

Normalmente voy andando, el consultorio está a quince minutos de casa. Ya en la ducha pienso que no me va a dar tiempo. Pido un taxi, suelen tardar diez minutos…Sin peinarme y buscando el bolso, las llaves…sin tomar café, el taxi - en menos de tres minutos - está en la puerta. Me asomo y le hago una señal mientras me pongo el abrigo. Salgo y me doy cuenta que el día está nublado y húmedo. El taxi: limpio, gris como el día y frío como una antigua nevera. Un enorme irlandés - seguro que es irlandés - con gabardina y gorra, como si fuera de caza, me saluda. Veo que toma la dirección opuesta a la que yo habría tomado. Mientras que tuerce, a la izquierda unas veces y a la derecha otras, me va hablando del triunfo de Obama. No es realmente una conversación, no me deja meter baza, es más bien una especie de razonamiento para convencerse que “ha hecho lo mejor que se podía hacer”. Repetía: “es más inteligente que Bush, eso sí”. Sin acabar sus reflexiones nos encontramos frente al edificio. Me había traído en tres minutos y por sólo $4.75. Este hombre ya ha empezado a practicar la doctrina de Obama ‘servicio público’ ‘ayudarnos los unos a los otros’. Lo que decía Cristo… ¿no es Obama nuestro Redentor? Le doy una esplendida propina. No faltaría más: me levanto tarde, casi pierdo la cita con el médico, pero ahora… todo sobre ruedas. Hasta la recepcionista rusa, que siempre está de mal humor, me dice que acaban de hacer café; una forma de ofrecerme una taza que acepto convencida de que sabrá a agua sucia…Well, not bad, me despertará...
La sala está hoy medio vacía. Quizás no hicieron citas para el día después de las elecciones porque sabían que amanecerían rendidos. Gente precavida, no como yo. Veo que el Doctor Roseane pasa por detrás de las recepcionistas para llevarse la carpeta de su próximo paciente. Como de costumbre, porque es un encanto, hace lo posible para saludarme. Tiene una sonrisa tan cariñosa.... Siempre me sorprende que me recuerde, no lo veo con tanta frecuencia. Bueno este año he acabado con tres gafas: unas para leer, otras para el ordenador y hoy me va a tener que recetar otras para trabajar con las tareas de detalle de la joyería (las de la farmacia ya no me sirven). Vuelve otra vez, me mira inclinando la cabeza en un gesto complaciente. Hay algo nuevo en este hombre: parece más joven, más alto…ah, se ha dejado el pelo un poco largo, se le riza en el cogote de una forma graciosa.


Me llega el turno; quiero disculparme pero no me lo permite…efectivamente ha habido varias cancelaciones. Entre cambios de lentes, aparatos y lecturas de abecedario, en un momento oportuno, me lo quedo mirando y - sin saber cómo - le digo:“Si tuviera veinte años menos no le diría nada, no fuera a creer que estaba intentando ligar con usted, pero… a mi edad, estas cosas se pueden decir sin peligro ¡qué bien le queda el pelo largo!” Le ha hecho mucha gracia, se ríe a carcajadas, según se sienta a mirar de nuevo mis ojos a través de otras lentes me dice: “no me importaría que ligara conmigo”.
Uf… Le doy las gracias. Me contesta…”ya sabe, yo también estoy en esa edad” y sigue riendo. Me pongo seriecita, no quiero pasarme.
El doctor Roseane no encuentra ningún motivo por el cual vea esos ‘mosquitos’ flotando enfrente de mi…quiere que vuelva en un mes. Cómo no, ya tengo la cita.

Cuando salgo a la calle me doy cuenta : ¡no llevaba sus acostumbradas gafas!. ¡Ouch! ¿Cómo no lo he notado? Le podría haber echado otro piropo; todo habría sido por ese ‘servicio público’ que Obama nos pide. Procuraré no olvidarme la próxima vez que lo vea.
Hasta en un día gris, todo se ve de un color esperanzador la mañana siguiente a las elecciones, si tu candidato ha ganado... ¡Si vives en Massachusset!

martes, noviembre 04, 2008

domingo, noviembre 02, 2008

EL CUMPLEAÑOS DE LA REINA, by ROBIN


La reina de España cumple hoy 70 años. Y para sacar pelas de tan fausto acontecimiento mis colegas se han puesto a publicar libros. Uno lo ha escrito la corresponsal de TVE para los asuntos reales, Carmen Enríquez, una mujer clásica, o sea pedorrilla y plasta, intemporal. El otro lo ha escrito Pilar Urbano, una mujer eterna, de la Obra, dicen; una mujer que habló mucho durante un tiempo y que ahora callaba bastante. De derechonas de toda la vida. Y ¿qué pasa cuando salen más libros hablando de lo mismo y yo lo que quiero es que se hable sólo del mío? ¡Ah, amigo! Pues que se impone montar un escándalo, cueste lo que cueste. ¡No faltaba más! Los escaparates de las librerías se han llenado de muchos más títulos con la cara sonriente e infantil de Sofía.
En el libro de Urbano vienen declaraciones de doña Sofía que no han caído bien a los lobbies gays ni a los progres de toda la vida. Que si dos hombres se aman, que se amen, pero de ahí a que les encante presumir de ello y le llamen matrimonio a su unión… va un trecho. Que la ley civil nunca puede ir en contra de la natural (ahí, desbarra usté, mi majestad) en fin naderías por el estilo. El caso es que la Casa Real había dado el nihil obstat a la obra de Urbano. ¿A qué viene ahora esta escandalera? Lo más gracioso es que el corral se ha puesto a montar un cirio de cuidado. Me encanta cuando la Providencia envía pruebas de fuego para someter a la joven democracia española a desafíos en los que rechina un poco. Todo el corral opinando que si la reina debe permanecer calladita que está más mona, que tiene el derecho de hablar y decir lo que piensa… Ha habido de todo.
Hoy mismo he leído un articulo de Juliana, en La Vanguardia, que afirma con gracia, que de todo esto se deduce el trabajo underground de la derecha madrileñista (sic) que lo que persigue es mandar a casa a la Monarquía e instaurar una buena República que ponga orden en el gallinero independentista catalán y vasco. Las palabras son mías pero el espíritu pertenece al subdirector de La Vanguardia, como digo, observador en los madriles de las cosas que pasan para contarlo en su dulce Catalonia.
¡Ay! Y una piensa, en este día de Fieles Difuntos, después de una noche de órdago, con tormentas encabalgadas que multiplicaban su estruendo por las montañas, árboles caídos, carreteras colapsadas, etc., etc. (un tornado se ha cernido sobre Tarragona), que el ser humano tiene poco remedio, pero resulta francamente divertido. Y si es español, ni te cueto.

Robin.
2 de noviembre 2008
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