domingo, septiembre 28, 2008

Juan Adolfo Morales Gago


Mi amiga Carmela se fue llevando ‘sobrecargo’, que lo cobran caro. Me dejó de buen ánimo y con deseos de volver por Sevilla y Portugal, donde tiene una casa y me promete que el sitio es igualito que la España de los año sesenta, que recuerdo con cariño.

También me ha dejado con las imágenes de un artista sevillano, amigo suyo, que no sólo hace maravillas con la pluma, el lápiz y el pincel, también tiene un blog donde deja sus pensamiento…como esas conversaciones que muchos mantenemos a solas…y - cómo no - también poeta.

Juan Adolfo Morales nació en Huelva pero es hijo adoptivo de Sevilla, eso lo demuestran los extraordinarios dibujos que les dedica a los monumentos de la ciudad y a los rincones íntimos de los que muchos nos hemos enamorado y esas puertas tan caracteristicas de la Espana antigua. Detallados dibujos de los trajes de luces forman una de las partes más atractivas de su obra, así como las recientes acuarelas que – para alguien como a mí que ha acabado rechazando la tradición taurina – sugieren el ambiente de color, juego y fuerza del espectáculo.

Recorriendo su blog me encuentro con un hombre de opiniones fuertes y sin reparo en expresarlas, pero también a un hombre de una sensibilidad humana comparable a la artística. Me conmovió el retrato que hace de su madre en”Añoranzas y recuerdos”. Una mujer fuera del tiempo por lo adelantado de su pensamiento y relación maternal única con su hijo. Me quedé con ganas de saber más de ella y espero que Juan Adolfo vuelva a sus recuerdos en el futuro. Otra de sus entradas, sin desperdicio, es “Vida útil” (no dedicar “ni un segundo de tu vida a quien no se merezca realmente tu amistad,”) fuerte pero refrescante, en un mundo donde las relaciones humanas se hacen llevadas por intereses materiales.

Su madre le dio la vida y el nombre. La poesía le debía gustar. Su segundo nombre como el de mi poeta, Gustavo Adolfo Bécquer.
Les dejo aquí con un hombre renacentista en el siglo de la velocidad :con uno de sus poemas, con enlaces a su obra, vida y pensamientos.


RETAZOS
En esos retazos fugaces de preguntas al aire, a veces,
no sé qué contestarme,
aunque quizás el encanto esté en la no respuesta, en el adentro.
Y no sé,
tengo mis desesperanzas,
porque ya no sé qué verdad es la de las cosas,
como no sé en qué mentira estoy,
como no sé por qué vida ando,
como no sé si es un sueño mi vida,
o es mi vida lo que sueño.

http://www.moralesgago.com/index.html

http://gacetillas.blogspot.com/

sábado, septiembre 27, 2008

Paul Newman muere a los ochenta y tres años.


Se apagó la mirada deslumbrante de Paul Newman
Hace 5 horas
LOS ANGELES (AFP) — La mirada rasgada y azul de Paul Newman se apagó para siempre el viernes, a los 83 años, dejando una prolífica carrera en la gran pantalla, donde se probó como director, productor y ganó fama mundial como actor de clásicos del cine estadounidense.
"La obra de Paul Newman fue la actuación. Su pasión fue para las carreras de automóviles. Su amor fue para su familia y amigos. Y su corazón y alma fueron dedicadas a ayudar a hacer del mundo un mejor lugar para todos", dijo el vicepresidente de la fundación Newman's Own, Robert Forrester, al anunciar el deceso este sábado desde Westport, Connecticut. El actor sufría de cáncer.
Con diez nominaciones a los premios Oscar de la Academia y tres estatuillas en su mano, Newman fue uno de los actores más populares y rentables entre las estrellas de Hollywood de los últimos cincuenta años del siglo XX.
Dos de sus más populares películas fueron "Dos hombres y un destino" (Butch Cassidy and the Sundance Kid, 1969) y "El Golpe" (The Sting, 1973), ambas junto a otro gran rompecorazones de la época, Robert Redford.
Newman se hizo tan conocido como actor como filántropo, entusiasta corredor de autos, activista político de izquierda y magnate de una empresa de alimentos saludables por la cual alguna vez aseguró que su aderezo para ensaladas le hizo hacer más dinero que sus películas.
Pisando los 70 o más años de edad, siguió siendo blanco de la prensa rosa iluminada por el atractivo físico del actor, una fama solo comparable con la que gozan hoy en día sus colegas George Clooney o Brad Pitt.
En 1990 la revista People lo eligió como uno de los 50 hombres más bellos del mundo, y en 1995 la publicación Empire Magazine determinó que Newman era una de las 100 estrellas más sexys en la historia del cine.
El rostro de "El Zurdo" y "El Buscavidas" nació en Cleveland (Ohio) el 26 de enero de 1925 en el seno de una familia conformada por un padre de origen judío-alemán y madre católica con raíces húngaras.
En 1942 ingresó en el Kenyon College universitario y un año más tarde se alistó en la Marina, cumpliendo entre 1943 y 1945 el servicio militar en las bases de Okinawa y Guam.
Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, Newman finalizó sus estudios en Ciencias Económicas y a finales de los '40 estudió un año en la escuela de arte dramático de la Universidad de Yale.
Debutó en los escenarios en 1949 y en 1952 ingresó al Actor's Studio, lo que le dio el primer empujón un año después a las tablas de Broadway donde se estrenó como actor con la pieza "Picnic" de William Inge.
Vivió épocas de gloria y su nombre quedó impreso en la memoria colectiva con su protagónico en "Butch Cassidy" (Dos hombres y un destino, 1969), al lado de Robert Redford, y "The Sting" (El Golpe, 1973).
El actor que el de 10 mayo hizo una última aparición pública en el evento del automovilismo de Indianápolis -su otra gran pasión-, había dicho el 25 de mayo de 2006 que no actuaría más en una entrevista a la cadena estadounidense ABC donde con mucha franqueza admitió los bemoles de la edad.
"No estoy más disponible para trabajar como un actor y estar al nivel que me gustaría. Uno comienza a perder su memoria, uno comienza a perder su confianza, uno comienza a perder su capacidad de inventar" y por todo ello, "creo que esto es más bien un capítulo cerrado para mí".
El actor de ojos azul profundo que fue todo un sex-symbol del cine hollywoodense, y cuyo último trabajo fue prestar su voz a uno de los automóviles animados de "Cars" en 2006 se dijo entonces "agradecido de otras cosas que han llegado a su vida".
Newman, ganador de dos Oscar honoríficos y uno en 1987 como Mejor Actor por su papel en "El color del dinero" de Martin Scorsese, se casó dos veces.
La primera en 1949 con Jackie Witte, con quien tuvo tres hijos, y en 1958 con la esposa que lo acompañó hasta su muerte Joanne Woodward, unión de la cual nacieron tres hijos más.
El actor de 1,77 m de estatura desempeñó un papel preponderando en el Movimiento por los Derechos Civiles, participó de forma activa en campañas electorales del Partido Demócrata y formó parte de las conferencias por el desarme nuclear.
En 1982 lanzó una línea de productos alimenticios que incluyó aderezos y salsas para pastas con su rostro en la etiqueta de "Newman's own", una marca que en 1993 lo hizo acreedor de un tercer Oscar pero como premio a su labor humanitarias: el 100% de las ganancias de esta empresa son donadas a obras caritativas, sumando hasta la fecha más de 200 millones de dólares.
A continuación, premios y películas que marcaron la larga trayectoria del actor estadounidense Paul Newman, fallecido el sábado a los 83 años de edad:
Nobre completo: Paul Leonard Newman
Fecha de Nacimiento: 26 de enero de 1925
Lugar de Nacimiento: Cleveland, Ohio, Estados Unidos
Premios Oscar:
1985 -- Premio Honorífico de la Academia por su Trayectoria Artística
1986 -- Mejor Actor por "El color del dinero"
1994 -- Premio Humanitario Jean Hersholt
Filmografía:
- 1955: "The silver chalice" (El cáliz de plata)
- 1956: "Somebody up there likes me" (Marcado por el odio)
- 1958: "The left-handed gun" (El Zurdo)
- 1958: "Cat on a hot tin roof" (La gata sobre el tejado de zinc)
- 1960 : "Exodus" (Exodo)
- 1961: "The hustler" (El buscavidas)
- 1962: "Sweet bird of youth" (Dulce pájaro de juventud)
- 1963: "Hud"
- 1964: "The outrage"
- 1966: "Lady L"
- 1967: "Cool hand Luke" (La leyenda del indomable)
- 1969: "Butch Cassidy and the sundance kid" (Dos hombres y un destino)
- 1972: "The effect of gamma rays on man in the moon marigolds" (El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas)
- 1972: "The life and times of judge Roy Bean" (El juez de la horca de)
- 1973: "The Mackintosh man" (El hombre de MacKintosh)
- 1973: "The sting" (El golpe)
- 1974: "The towering inferno" (El coloso en llamas)
- 1976: "Buffalo Bill and the Indians" (Buffalo Bill y los indios)
- 1979: "Quintet" (Quinteto)
- 1982: "The verdict" (El veredicto final)
- 1984: "Harry and son" (Harry e hijo)
- 1986: "The color of money" (El color del dinero)
- 1990: "Mr and Mrs Bridge" (Esperando a Mr. Bridge)
- 1994: "The Hudsucker proxy" (El gran salto)
- 1998: "Twilight" (Al caer el sol)
- 1998: "Message in a bottle" (Mensaje en una botella)
- 2001: "Road to perdition" (Camino a la perdición)
- 2006: "Cars" (Cars - solo la voz)

jueves, septiembre 25, 2008

DAVID FOSTER WALLACE. Eduardo Lago


La muerte de David Foster Wallace nos ha cogido por sorpresa. Había pensado escribir algo sobre él. Fue éste un autor a quien conocí a través de mis estudiantes, de mis propios hijos.

Me encuentro hoy, buscando información sobre su muerte, con el artículo de Eduardo Lago: otro escritor fuera de molde, amigo y uno de los profesores más dedicado a sus estudiantes que he conocido. Lo sé porque ha enseñado a mi hijo mayor que también ha sido arrastrado por la escritura como medio de vivir, y no de ganarse la vida.

El artículo de Lago es insuperable y aquí lo dejo. Una vida más que se nos ha escapado sin poder evitarlo.


Eduardo Lago ELPAÍS.com 15/9/2008
Obituario
David Foster Wallace, el mejor cronista del malestar de EE UU

David Foster Wallace, de 46 años de edad, el mejor cronista del malestar de la sociedad norteamericana en la época a caballo entre los siglos XX y XXI, apareció ahorcado en su domicilio de Claremont, California, el viernes, 12 de septiembre, por la noche. El cuerpo fue descubierto por la esposa del escritor, Karen Green, que inmediatamente se puso en contacto con la Policía Local. La noticia se hizo pública 24 horas después, y ha causado una fuerte conmoción en la comunidad literaria estadounidense, que se debate entre la consternación y la incredulidad.
Una de las notas más persistentes entre quienes escuchaban la noticia por primera vez fue el recuerdo de que hace unos años, el propio escritor pidió que lo internaran en una unidad de vigilancia hospitalaria pues no se sentía capaz de controlar su pulsión suicida. Foster Wallace era un personaje muy querido tanto por sus estudiantes y colegas de la Universidad de Pomona, donde impartía clases de escritura creativa, como por sus compañeros de oficio. Tal vez uno de los rasgos más llamativos de su personalidad fuera el contraste entre el afecto que inspiraba en cuantos trataban con él y su marcada propensión a sumergirse en estados de ánimo sumamente sombríos.
Nació en Ítaca, en el Estado de Nueva York, en 1962, hijo de profesores universitarios, su padre de filosofía y su madre de literatura. Sus primeros libros La escoba del sistema (1987) y La niña del pelo raro (1989), escritos cuando tenía veintitantos años, llamaron la atención por la fuerza incendiaria del lenguaje y la radicalidad de sus planteamientos literarios.
El interés se elevó a asombro con la aparición en 1996 de la monumental La broma infinita, edificio narrativo de más de mil páginas, que contaba con un complejo aparato de varios centenares de notas, muchas de considerable extensión. La novela adquirió el estatus contradictorio de ser considerada una obra de culto, pese a que gozó de una extraordinaria difusión. El consenso, sobre todo entre los escritores, es que se trataba de la novela más audaz e innovadora escrita en Estados Unidos en la década final del siglo XX.
A los críticos les resultaba difícil encasillar a un autor como David Foster Wallace, pues se salía de los límites de lo estrictamente literario. Su estética remitía a referentes tan dispares como la obra del cineasta David Lynch (Wallace escribió una crónica memorable sobre el rodaje de Lost Highway) o los comentarios de alguien tan improbable como el célebre icono de la televisión estadounidense David Letterman.
Punta de lanza de una generación literaria que incluye nombres como William T. Vollman, Richard Powers, A. M. Homes, Jonathan Franzen o Mark Layner, una generación convencida de que la circunstancia vital de nuestro tiempo no se puede explorar desde la estética periclitada del realismo, la obra de Foster Wallace supone una forma radicalmente nueva de entender la literatura.
Sus estructuras narrativas son consecuencia directa de la sensibilidad de nuestra era; reventando los códigos estéticos de las generaciones precedentes, su prosa tentacular mimetiza los sistemas del paradigma cultural en que vivimos: el vértigo de las comunicaciones, el exceso de información, la influencia de las grandes corporaciones financieras, los iconos de la cultura pop, la industria del entretenimiento, el cine, el deporte y la música, la amenaza omnipresente del terrorismo.
Publicada cuando el autor contaba 33 años de edad y ambientada en EE UU en torno al año 2025, La broma infinita propicia el entrecruzamiento de una portentosa diversidad de registros: de la trigonometría al tenis, pasando por las drogas, la estética grunge, la filosofía, y el cine. Por medio de un lenguaje en estado permanente de incandescencia, la novela lleva a cabo una sátira despiadada de nuestro tiempo, a la vez que un conmovedor escrutinio de la soledad del individuo.
Tuve ocasión de entrevistar a David Foster Wallace para EL PAÍS en dos ocasiones. Hablando de su magnum opus, el escritor se lamentó de que a casi todo el mundo se le hubieran escapado los aspectos más sombríos de la novela, que consideraba una obra cargada de matices trágicos: "Desde un punto de vista materialista", declaró entonces el autor, "los Estados Unidos son un buen lugar para vivir. La economía es muy potente, y el país nada en la abundancia. Y sin embargo, a pesar de todo eso, entre la gente de mi edad, incluso los que pertenecemos a una clase acomodada que no ha sido víctima de ningún tipo de discriminación, hay una sensación de malestar, una tristeza y una desconexión muy profundas. Sobre nosotros sigue pesando la sombra de episodios históricos recientes, como Vietnam o el Watergate y ahora, el desastre que se avecina con la matanza que está a punto de comenzar en Irak". Señalando otro de los aspectos fundamentales del libro, añadió: "Otro tema central de la novela es el fenómeno de la adicción como síntoma del malestar de la sociedad capitalista: desde las drogas hasta otras formas más genéricas de adicción".
Con posterioridad a La broma infinita, Wallace publicó colecciones de cuentos y ensayos, entre los que destacan Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer (1997), Breves entrevistas con hombres repulsivos (1999), Historia abreviada del infinito (2003), Olvido (2004) y Hablemos de langostas (2005). David Foster Wallace ejerció una influencia considerable entre los jóvenes novelistas de su país, así como entre los europeos. Su obra ha sido traducida ejemplarmente en nuestro país por el novelista Javier Calvo.
Una de las intuiciones más llamativas de Wallace es su lúcida valoración del papel que le corresponde a la televisión que, tras superar un estado infantil, consideraba que estaba llamado a ser uno de los repositorios de las formas narrativas del futuro. "Nuestra relación con la realidad está violentamente mediatizada por el impacto de los medios visuales y la tecnología, sobre todo la televisión. Creo que la literatura seria mantiene una relación sumamente compleja y ambivalente con la industria del entretenimiento en general".
En este sentido, el novelista estadounidense tenía ciertas reservas acerca de la omnipotencia de Internet: "No nos engañemos: la Red no es más que una avalancha de información, un laissez faire salvaje, sin estándares éticos. Se acosa al consumidor con un aluvión de ofertas seductoras, sin ayudarle a discernir a la hora de elegir. La explosión punto.com es la destilación de la ética capitalista en estado químicamente puro".
Campeón del experimentalismo, siempre tuvo claro que no podía quedarse en un mero juego de artificio realizado en el vacío: "Lo esencial es la emoción. La escritura tiene que estar viva, y aunque no sé cómo explicarlo, se trata de algo muy sencillo: desde los griegos, la buena literatura te hace sentir un nudo en la boca del estómago. Lo demás no sirve para nada".
La inesperada desaparición del escritor en plena posesión de su talento ha causado una profunda desazón entre sus seguidores: éramos muchos los que estábamos convencidos de que lo mejor de David Foster Wallace estaba aún por llegar.
Entrevista: "Una obra de ficción es una conversación que permite enfrentarse a la soledad esencial del mundo"
El autor más agudo de su generación

jueves, septiembre 11, 2008

CARMELA


El primer día de COU llegué tarde a clase. Entré en el aula y en la segunda fila, justo al lado de la puerta, había un pupitre vacío. Me senté y de allí no me moví en todo el curso. Así conocí a Carmela. Ese día me miró con una amplia sonrisa mientras me sentaba a su lado. Sus dientes resaltaban en la morenez de su cara, pero lo que más me llamó la atención fueron los ojo, pequeños, vivaces, juguetones. Todo enmarcado por una larga mata de pelo negro. Sevillana era… y es.

Fue un año, en el instituto Velázquez de Sevilla, para no olvidar. Tuvimos excelentes profesores, quizás el más memorable fue Carlos Alvarez Nóvoa, con quien representamos La casa de Bernarda Alba con bastante éxito. El decorado era minimalista, el énfasis estaba en el blanco y negro (con excepción de Josefa, la abuela) y la voz de Lorca.

Ese año nos trajo, a Carmela y a mí, una gran perdida. Detrás de nosotras se sentaba Mari Carmen: alta, delgada, pálida, de ojos claros y un pelo de niño – rizadillo y muy corto – que le daba un aire de Ángel desplazado. Era de Valencia pero estaba en Sevilla con su madre. Llegamos a ser un trío inseparable. Mari Carmen, que sólo nos habló de su enfermedad cuando ya nos era evidente, murió de cáncer de Hodgkin el verano después de nuestra graduación. Una historia que no puedo, ni sabría, contar.

Ese septiembre mi familia se mudó a Madrid. Carta tras carta, convencí a Carmela para que se viniera a la capital; con el tiempo lo hizo. Ella preparaba oposiciones y vivía en una residencia. Yo, que ya las había pasado, trabajaba en el Ministerio de Hacienda y por las tardes mis clases en la Facultad de Ciencias de la Información. Nos veíamos con frecuencia y, cuando llegó la hora de independizarme de mi familia, acabamos alquilando un piso en el mismo edificio de otra buena amiga, Georgina. Otra historia que quizás ella - Georgina - cuente algún día. Otro período de mi vida al que vuelvo con frecuencia.

Mi independencia duró unos meses. Había rechazado a Cupido varias veces, algunas para disgusto de Carmela y mi tía, que solía decir “los de a caballo se pasan y los de pie no llegan” , me encanta esta expresión. Para entonces ya tenía más que decidido vivir mi vida sin ataduras… y nunca pensado en ser madre. Pero alguien, con increíble tesón y paciencia, se cruzó en mi camino. Me rendí. Nos casamos en menos de tres meses. Era, y sigue siendo, americano.

Cuando llamé a mi padre para que me mandara la partida de nacimiento, se alarmó. Le tuve que asegurar que no estaba embarazada. Me preguntó por qué las prisas: le contesté que había conocido a este americano y que se le acababa el dinero y no quería ni volver a su país ni mudarse a nuestro piso - donde vivía con Carmela - a no ser que nos casáramos…(mi honor ante todo)

Mi padre no se lo podía creer, me hizo reír, dijo: “¿Qué? ¿te vas a casar con un americano y ni siquiera tiene dinero?” Al día siguiente mandó a mi hermano a inspeccionar la situación… pero, antes de darme cuenta, me encontraba en Filadelfia. De esto hace más de 30 años.
Esta es la historia que podría contar Carmela. Ella vivió paso a paso mis ansiedades, dudas, alegrías…Pero la censuraré si lo hace.

Carmela y yo perdimos contacto. Ella volvió a Sevilla, también casada, yo me mudé de Filadelfia a Boston. Los teléfonos, a nombre de los maridos… Sabía que volveríamos a encontrarnos. Ese día llegó veinte años después en un e-mail:

“Querida Mª Estrella. No sé si te acordarás de mí, soy…”

¿Quién podría olvidar a Carmela ? Así son las personas a quienes no se les puede olvidar, aquellas que creen que no dejan huella, por la poca importancia que se dan. Esas personas son los mejores amigos y compañeros que uno puede tener.

Carmela viajó de Sevilla el pasado mayo para pasar un día conmigo en Madrid. Hacia más de 25 años que no nos habíamos visto. Un abrazo y un cuarto de siglo se esfumaba en el acto. Fuimos andando desde Atocha a la Plaza Mayor donde hablamos y hablamos hasta que el fresco y el anochecer nos despabiló. Cerca de allí entramos en un restaurante y reanudamos la conversación. Mucho después del postre me di cuenta que estábamos solas…el camarero, esperando pacientemente, en el quicio de la entrada al comedor.
Nos paramos en Puerta del Sol para coger un taxi. De pie, en una esquina, nos dio la una de la mañana mientras decenas de ellos pasaron... Carmela tenía solución para todo lo que le contaba, con la misma sonrisa del primer día de COU en que la conocí, pero ahora con una seguridad en si misma que me intimidaba. Los papeles habían cambiado. Al final decidimos seguir la conversación en Boston.

Carmela llega el martes en un vuelo de Iberia…

domingo, septiembre 07, 2008

LA MIGA PARA EL FINAL


Abro la revista del New York Times Magazine del domingo y me encuentro - en la página de la izquierda - con una rubia de líneas perfectas en traje negro de gala. La mesa puesta y en el centro un inmenso ramo de hermosos ¿lirios? blancos. El cuerpo de la rubia en una curva…está oliendo, mientras la sostiene delicadamente, una de las flores. El balcón entreabierto… las cortinas blancas. En la página de la derecha, escrito sobre la sombra de lo que sugiere un señor - a lo George Clooney - con chaqué se lee:

THE WELL-DESIGNED HOME
THAT’S OUR JOB
* DINE INSTEAD OF EAT

* DELIGHT THE SENSES

* ENJOY EVERYTHING IN ITS PLACE

THROW FABULOUS PARTIES

* SHOW OFF A LITTLE * LOOK AT WONDERFUL THINGS

* HAVE BETTER CONVERSATIONS * FEEL HAPPIER

Una tendría que estar acostumbrada a esto, pero no. La verdad es que nunca me paro en anuncios como éste. Si ocupa dos páginas…nunca sería nada que yo necesite ¿o sí? Lo cierto es que he cogido un cabreo impresionante. Lo normal en esta casa, como en muchas - me imagino – es que la noche que hay invitados andemos (mi marido, yo y los animalitos) de carreras para aquí y para allá para que todo este dispuesto a la hora prevista. Con frecuencia bajo a abrir la puerta con el pelo mojado de una ducha relámpago y acto seguido tengo que calmar a los perritos, que lo único que quieren es llamar la atención y que les den unas palmaditas en la cabeza; cosa que mis amigos hacen divinamente pero que crea una confusión de vértigo cuando el invitado no sabe de lo que va, o es alérgico a los animales, o simplemente no entiende por qué los perros están invitados también.

Cierro la revista, que ofrece un artículo sobre el Taliban para más tarde y me voy a la de “Style Magazine”. Después de todo ahí está Bardem, que lo presentan como “red hot”. Es un hombre atractivo, lo reconozco, pero es que me deja fría… Lo busco en las páginas y me lo encuentro con un par de lagrimones, que ruedan por la parte de afuera del ojo, de aupa ¿Desde cuándo es esto ‘red hot’? Bueno, desde que Raphael nos dijo que “los hombres lloran también”.

Todo esto para llegar a la ‘miga’. en la página 144 de la revista se reseña el libro de mi hijo que saldrá en octubre. Por la reseñas - no lo he leído todavía- veo que será uno de esos libros que no se puede regalar a los amigos. Con el buen ejemplo que le hemos dado a este chico y va y nos sale por peteneras! Resulta que ha escrito una S A T I R A, un diccionario de palabras inventadas por él, sobre un ‘tipo de hombres’ – los “BROS” -- que va creciendo, y sobre su forma seudo adolescente-machista de referirse a las mujeres.
Creo que lo ha hecho TAN bien que está creando confusión y lo van a tomar por uno de ellos. Según la reseña, el libro debería llevar una advertencia: “Puede provocar una apoplejía en los padres con hijas y en las feministas.” ¡Válgame dios! Lo que me faltaba…

http://tinyurl.com/698f6l

jueves, septiembre 04, 2008

SALA DE ESPERA


Sentada estaba ayer en la sala de espera del departamento de Colonoscopía de uno de los mejores hospitales de Boston. Llevaba allí más de media hora cuando dejé de leer y me puse a observar discretamente a mí alrededor. Los que estábamos nos dividíamos en pacientes y los que pacientemente esperábamos que salieran los que acompañábamos.
Los pacientes, después de firmar un par de papeles, eran llamados según llegaban y el acompañante da su número de móvil para que le avisen cuando estos estén listos para salir. La enfermera dice al acompañante que el examen tardará como una hora y media: “ you can go for a walk, have a coffee…” En fin, no hay que quedarse sentado ahí. Creo que prefieren que los acompañantes salgan; el espacio es reducido y –como en una estación de autobuses- la gente no dejaba de entrar, algunos con tres o cuatro familiares.

La primera paciente en salir de la prueba fue una distinguida mujer en sus sesenta y tantos: alta, rubia, vestida con estilo y sonriente. Pues bien, el marido no estaba allí. Ella insistía en quedarse en la sala de espera hasta que él llegara, pero la enfermera se la volvió a llevar. Unos minutos después llegó el marido: bajito rechoncho de pelo rizado y cara de niño malo, sudoroso y jadeante preguntó por su mujer. Cuando la secretaria le dijo que esperara unos minutos contestó que “I have a quick errand to do” eufemismo para decir que tenía que hacer pipí. Nada más salir él, volvió a aparecer la enfermera y su mujer, y de nuevo se volvieron de donde vinieran. Ella con la misma sonrisa de la primera vez. Creo que la situación no le sorprendía.

Cuando te hacen una colonoscopía tienes que tener a alguien que te lleve a casa. No es aceptable un taxi. Ese alguien tiene que estar ahí, no te dejarán salir a no ser que te entreguen en sus manos. Pienso que es una exageración - he pasado por esta prueba - uno está un poco confuso después de la anestesia pero no más que después de haber bebido un par de copas. Los hospitales no están protegiéndote, se protegen a si mismos. Una caída en su ascensor les puede costar miles de dólares…Vale.

Este niño rollizo y travieso volvió a aparecer, más sudoroso que antes. Echó una mirada al personal y, como no veía a su mujer, se disponía a salir otra vez…Todos estábamos al tanto de esta pequeña comedia, pero nadie decía nada. En esta ocasión yo, malhumoradamente - mis muchos años de enseñanza me salieron a flote - le dije “Siéntese ahí porque a su mujer la acaban de meter para dentro por segunda vez”. Me miró desconcertado y se sentó sin rechistar. No me dio tiempo de disculparme porque por la puerta aparecía de nuevo, por tercera vez, su mujer. El se acercó un poco nervioso y torpemente le dio un beso en la mejilla. Ella seguía sonriendo dulcemente. Según salían él le preguntó cómo estaba, a lo que le contesto ella con cariño “a little groggy… I’m not going to boss you around today” (no voy a ser mandona hoy) Todos lo oímos. Pensando en voz alta me pillé diciéndole a ella “Please, do!” Los dos volvieron la cabeza, se quedaron mirándome y se echaron a reír. En la sala de espera, por primera vez, se oyó un murmullo. Un hombre que ya estaba allí cuando yo llegué dijo en un tono desagradable: “The guy (el tio) no estaba aquí cuando ella lo necesitaba”. Los demás se rieron… El comentario, más que una crítica, era una llamada de atención a lo buen marido (¿padre, hijo, amigo?) que él era. Llevaba esperando casi dos horas y lo que le quedara. De nuevo reinó el silencio en la sala.
Lo cierto es que, mirando a este hombre estirado y antipático, me quedé pensando en la pareja que acababa de salir; al fin y al cabo, me produjo la suficiente ternura y confianza como para participar en su comedia de errores. Los vi marchar por el pasillo… todavía se iban riendo.
(Continuará otro día)