lunes, octubre 29, 2007

!Que nos salga el SOL por ANTEQUERA!


El PP propone que la versión oficial del himno sea la de Rocío Jurado y deja a la Junta «estupefacta»
A.F.C./J.M./SEVILLA
24-10-2007 19:53:27
Foto de Miguel Vivanco

La alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, y Javier Arenas ayer en Sevilla. NIEVES SANZ
La voz de Rocío Jurado se podrá escuchar en todos los actos oficiales y solemnes si el resto de partidos del arco parlamentario aceptan la propuesta lanzada ayer por el presidente del PP-A, Javier Arenas, de que la versión oficial del himno de Andalucía sea la que interpretó la cantante chipionera en la película «La Lola se va a los puertos». El Gobierno andaluz se declaró ayer, por boca de su portavoz Enrique Cervera «estupefacto»ante la propuesta popular pero ciertamente no adelantó ni un asentimiento ni una negativa. Cervera se limitó a decir que habían estado ocupados por temas más importantes como es el caso de los presupuestos de la Comunidad,
La versión que grabó Rocío Jurado y que tuvo gran éxito tenía arreglos por tarantos realizados por Jesús Bola.
El deseo del PP, según Arenas, es que la propuesta se acepte por unanimidad y «sin polémica» por el resto de partidos, por lo que ayer mismo les envió la propuesta para que si es aceptada se envíe al Parlamento de forma conjunta.
ABC ha podido saber que el PP ha contactado con la familia de la cantante, fallecida el año pasado, para contar con su beneplácito antes de hacer esta propuesta. En cualquier caso, Arenas dijo ayer que será la Junta en caso de aceptarse la idea la que tenga que formalizar ese acuerdo con los herederos de Rocío Jurado.
Arenas recordó que esta versión del himno «obtuvo un éxito popular extraordinario, tanto por su calidad musical como por su expresividad emotiva tan próxima a la sensibilidad de los andaluces».
Arenas, que señaló que el escudo, la bandera y el himno son los grandes símbolos de Andalucía, manifestó que, desde 1982, está pendiente el desarrollo de la versión oficial del himno, apuntando que la Ley 3 de diciembre de ese año ya establecía que por decreto del Consejo de Gobierno se regularían las «condiciones para declarar oficial una versión del himno de Andalucía», sin que hasta la fecha se haya procedido al respecto.
El PP defiende que Rocío Jurado ha sido, es y será un «orgullo para nuestra tierra y un ejemplo de coraje y de entrega diaria su arte, y entendemos que la mejor forma de homenajearla permanentemente sería declarar su versión del himno andaluz como la oficial».

Este artículo y vídeo han sido mandados por un querido amigo del blog, que algunos reconocerán. Creo que puede dar para una discusión soleada y salada.
http://www.youtube.com/watch?v=_e1Xs3SUf8I

lunes, octubre 22, 2007

LEDA


Cuando llegué a Chicago, después de 10 años en el sur…que tiene sus encantos, me sentí que me acercaba más al ideal de ciudad que echaba de menos. Chicago es la ciudad de EE.UU. con más gracia, elegancia y personalidad en la que he vivido. Los ojos se te llenan de belleza tanto en el centro como en sus alrededores. En los cinco años que pasé allí aprendí mucho…más del pasado que del presente que simplemente vivía. Hice amistades con tanta facilidad… en mi barrio, en la universidad; incluidos los estudiantes, el personal administrativo, otros profesores fuera de mi campo y por supuesto en el departamento de Lenguas Romances donde enseñaba.

Una de las profesoras del departamento era Leda Schiavo, la conocía por sus trabajos sobre Valle Inclan (“el amor de mi vida”, dice ella)…Con una cara franca, limpia de todo disfraz y unos ojos azules que te penetraban el alma, fuimos a almorzar un día. Mi posición era delicada. Al que habían contratado era a mi marido, jefe del departamento, yo tenía un trabajo –bastante intenso – pero al fin y al cabo de consorte!

El almuerzo di
scurrió de una manera discreta. Leda puede ser tímida; yo también. No recuerdo de lo que hablamos…Después del almuerzo sólo teníamos que cruzar el pequeño parque hasta el edificio donde ambas teníamos la oficina. Nada más salir del edificio ella comentó (más o menos) “¡Muy bien, che! Nos tenemos que ver otra vez…Cuando me dijeron que la mujer del jefe era española y de Granada, pensé que iba a ser una ‘niña pija’, pero no…me equivoqué”. Leda no es perfecta, a Dios gracias, también tiene sus prejuicios contra las granadinas!

Así era Leda, así es Leda. Muy pocas palabras pero siempre autenticas y dichas de la forma mas directa, a veces de una franqueza desconcertante, si es necesario, que nunca la olvidarás. Ese día entró en mi corazón y ahí tiene su rinconcito.

Este, sencillo y sugerente, poema en prosa expresa mucho de lo que la amistad es para ella. Acójanla, como otras veces lo han hecho con el respeto y cariño que se merece.



Primavera

Nos sentamos a mirar el pasado frente a la plaza del pueblo. Pedimos un chivito entre dos porque era San José de Uruguay y eran ya las cuatro de la tarde. El pasado estaba ahí, presente todavía. Le saqué una foto porque quería que su pasado apareciera en colores. En la plaza se apilaba la gente, los coches, las palomas. Compremos ropa nueva con los colores de la primavera, me dijo. Y le compré una camisa celeste aunque la quería blanca. La primavera, me dijo. Y vi o soñé una primavera nueva, una primavera de colores claros que estaba escondida en la plaza, todavía inocente. Qué te gusta de todo esto, preguntaste. Me gustás vos, aquí, para verte aquí vine. Vos aquí y ahora, ayer, quizás mañana. El buquebús volvió borrando los surcos del río.

-Leda Schiavo

jueves, octubre 18, 2007

El VELO



Queridos:
Aupa, como ya nos anunció, me mandó el vídeo colgado en el blog de Azúa por Isis.
El vídeo dura unos nueve minutos, no tiene desperdicio. Veréis que hay mucho que discutir, empezando con la discriminación, los estereotipos, la manipulación de los que tienen el poder, etc.
Esperamos que tengáis la oportunidad de comentar el problema planteado en los últimos años en Europa, empezando en Francia, acerca de la prohibición del velo usado por las mujeres musulmanas en las escuelas. También el intento de no crear en las clases señales ni comportamientos distintos a los esperados en la cultura predominante de esos países.
http://es.youtube.com/watch?v=MsITLQASqiE

domingo, octubre 14, 2007

La del Largo



Anoche, Grillo, con su comentario sobre la sensibilidad femenina en el hombre y viceversa en la mujer me hizo recordar una historia de Las Encebras que tenía por completo olvidada. Realmente no sé cómo a la edad que tenía podía captar estas sutilezas, a veces, y brutalidades otras.

La del Largo, no recuerdo su nombre, llamémosle María; tampoco sabía por qué “el Largo”, era un tarugo… pero me enteré más tarde. Maria era una mujer alta y robusta mas de lo que se acostumbraba en ese tiempo y esa zona. Algo que la hacía diferente eran sus ojos verdes y el pelo rubio, difícil definir el color del pelo porque lo llevaba grasiento y cogido en una cola baja. Su piel clara y de mejillas rosadas, brazos y manos grandes, también los pies…llevaba las alpargatas en chanclas porque no encontraba su medida y zapatos de hombre en el invierno.

Parecía una de esas serranas del Arcipreste de Hita. Pero amable y le gustaba hablar conmigo…siempre tenía algo que ofrecerme. Sus dos habitaciones estaban adosadas a la muralla pero por fuera, había que dar media vuelta, larga para mí, para llegar allí. María tenía dos niños, uno que andaba y el otro que todavía gateaba. Los llevaba con una camisetilla… pero nada en el culete porque no habían aprendido a pedir caca y pipi. No tenía pañales, decía ella. Nos sentábamos en el escalón y ella como otra niña me escuchaba y se reía a carcajadas (no sé de qué hablaríamos; yo tendría por entonces diez u once años) mientras los niños jugaban en la tierra, junto con las gallinas, con caras suicísimas y el pelo casi albino.

Todos la criticaban por lo vaga y ‘marrana’ que era. Se le veía poco por el arroyo lavando. Siempre que leo Pascual Duarte (novela que me recuerda las condiciones físicas de la época que describo) mi escenario mental se sitúa en la casa y la puerta de María. Me hacía reír y me quería. No me gustaba que hablaran mal de ella…pero tampoco la defendía.

Llegué un verano y como siempre correteé los caminos para ver a los vecinos. Fui a la casa del señoriíto y me presentaron a la mujer de un nuevo jornalero que habían contratado… Virginia. Decían que venía de una buena familia de Granada; se había casado con un hombre –pude comprobar-- también diferente a lo acostumbrado por allí: amable, bien hablado, como si hubiera estudiado, rubio y modesto, pero impecablemente vestido. Virginia tenía las facciones de una muñeca y como tal vestía. Llevaba una blusa blanquísima, almidonada, una falda semilarga y un delantal bordado por ella misma. El pelo negro recogido en la nuca con una especie de buclé a su alrededor. Se movía como una reina y su fragilidad te hacía pensar que se podría romper de un momento a otro.

En la casa (los cercanos a la casa del señoriíto tenían casas) la mesa camilla graciosamente vestida y el sofá, en forma de ele cubierto por mantas alpujarreñas, como las de mis tías de Montejicar. Los cojines, con los bordados de ella, contrastaban con la gama de colores de las mantas. Las paredes olían a recién blanqueadas, al igual que la chimenea. Unos platos y tazas adornaban la repisa. Era la única casa que tenía cortinas y unas macetas de geranios a la entrada de la casa. El marido era el único que, en bicicleta, volvía para comer al medio día con ella, luego regresaba de nuevo a los campos.

Pensando en Virginia iba de camino a la casa de Maria. Cuando llegué me quedé pasmada: la casa estaba limpia, la cama hecha y un pequeño mantel cubría la mesita rectangular en la habitación. Los niños estaban creciditos y los llevaba lo limpios que se pueden llevar en el campo, donde la tierra y las piedras eran los únicos juguetes. Pero el mayor cambio era Maria misma. Llevaba el pelo brillante, de un rubio grisáceo…recogido en la nuca… como Virginia. Su blusa con graciosos bordaditos y un delantal a cuadros. Inmediatamente me di cuenta que Maria había sufrido el impacto de Virginia. Recuerdo que hablamos de la nueva vecina. A Maria se le iluminaba el semblante y parecía una chiquilla recién enamorada. Según Maria, Virginia había llegado hacía un mes y ya le había enseñado recetas para cocinar el conejo y las perdices.

Una noche me despertó un alboroto: gritos y lloros. Pensé que alguien había
muerto. Mis tíos y primos en sigilo salieron de la casa. Mi tía se asomó -abriendo una rendija- a mi cuarto; me hice la dormida. Encogida de miedo esperé hasta que volvieron ya de madrugada. Escuchando me enteré que el marido de Maria le había dado una paliza tan grande que no la podían levantar del suelo. Habían llamado a la guardia civil y al médico. La razón: su marido la acusaba de querer engatusar al marido de Virginia. Le había arrancado el pelo y roto los mandiles, tirado el mantel y la colcha al corral llenándolo de estiércol y heces de otros animales.

La guardia civil vino y se lo llevó, ella con los dos niños tomó la Alsina
(autobús), dos días más tarde y se fue con sus padres. La habían criticado tanto en el pasado… Ahora todo era contrición y aves marías para que Dios ayudara a Maria. No fue hasta mucho más tarde, años, que una de mis primas del pueblo me explicó que de quien realmente estaba enamorada Maria era de Virginia…No supe que pensar.

Ninguno de los problemas que se presentan aquí se ha solucionado: el abuso físico y sexual de la mujer. La pobreza, falta de nutrición y educación en la población infantil, los prejuicios contra la inclinación sexual que no sea la tradicional. Y la explotación de los campesinos asalariados.

miércoles, octubre 10, 2007

LAS ENCEBRAS (2)



Nota:Para los que no hayan leído la primera parte .

Pues allí
nos encontrábamos: mi hermano y el menor de mis primos encaramados en la higuera decidiendo si me echaban una mano para subir con ellos…después de lloriqueos y amenazas de chivateo acababan haciéndolo. Era el desayuno. Las brevas estaban frescas y dulces. Habíamos aprendido cómo escogerlas. Tirábamos la piel a ver quién llegaba mas lejos. Yo nunca gané. Ellos dos eran dos zancudos con brazos largos!

Volviendo a lo que a esa edad yo veía como una muralla, tengo que describir el interior un poco mejor. Dentro de aquel corralón, que eso es lo que realmente era, convivíamos animales y humanos separados por una delicada valla hecha de varias maderas y troncos de árbol. Nada muy fuerte o elegante, practica. Al otro lado de la valla estaban los cerdos, bastantes…las cabras y algunas de las mulas. El olor que mejor recuerdo era el del zotal. El zotal se aplicaba a la cal y se blanqueaba con frecuencia la fachada de los edificios. Mantenía a las pulgas a cierta distancia…pero no a las chinches que me solían acribillar en las sillas de enea e incluso en la cama. Era inevitable, por más que se limpiara.

Alguna mañana que otra mis primos intentaban enseñarme a ordeñar las cabras. Yo, tensa desde muy niña, no conseguía el ritmo adecuado o debía de apretar demasiado…las cabras no querían que me acercara a ellas. En varias ocasiones me tumbé en el suelo y me ordeñaban directamente en la boca, una leche dulzona y templada. Mi tía nos lo tenía prohibido…había que hervir la lecha antes. Después de hervirla, la nata estaba reservada para mí, por ser la única niña y la que necesitaba crecer y engordar. Me la ponían en grandes rebanadas de pan con azúcar y canela. Se me hace la boca agua!

Otras mañanas, si me despertaba bien temprano, comía con mis tíos y primos migas con torreznos y morcilla, o gachas blancas con tropezones de pan frito y miel. Era el desayuno-almuerzo con el que se iban a trabajar la tierra los hombres de la casa.
Había cosas que eran mis labores: recoger los huevos del gallinero, todavía calentitos… barrer la entrada de la casa y limpiar el polvo dentro. Todo esto lo hacía canturreando y bajo la sonrisa y mirada de mi tía. Otra de mis labores, mi favorita, era ir con alguien por agua al pozo. Yo empujaba la palanca con todas mis fuerzas hasta que un chorreon de agua salía, algo inexplicable para mi…de esos misterios que uno nunca quiere descubrir! Mi afición a lavar en el arroyo me llevó a quitarme el vestido y volver a casa en bragas con mi vestido lavado. Éramos todas mujeres, los hombres trabajando en el campo. Además, no veía yo la diferencia entre mi cuerpo y el de los chavales que corrían con sólo unos pantaloncillos.
Me detendré hoy en la familia de Eulalio y su esposa Aurora. Como dije vivía toda la familia (padres y 5 hijos) en una habitación con dos colchones en el suelo y una mesita con dos sillas. No recuerdo si había una cocina o no.

Eulalio habría sido hoy día (y lo era entonces) un hombre de una elegancia y modales refinados: alto, delgado y de rasgos a lo Gary Cooper (pienso hoy) Hasta su pobre ropa le colgaba con garbo. Andaba como todo un señor… que lo era. Le faltaba un brazo, pero le añadía interés a su figura. Me preguntaba cómo alguien tan distinguido vivía así.
Su mujer estaba curtida por el sol y recuerdo haberla visto siempre embarazada, con la cara llena de esas manchas tan características del embarazo. Pepita, la hija, tenia 15 años. Había salido a su padre. Con frecuencia escuchaba a mis primos y hermano hablar de lo guapa que era. La misma figura, los mismos rasgos finos y la misma soltura y gracia al andar. Ella había ayudado a su madre a dar a luz a sus tres últimos hermanos. Me contó que oía a sus padres hacer ruidos…sin realmente saber qué hacían; sospechaba que era para tener más hijos. Me dijo que cuando eso pasaba se le cortaba la respiración.


Una tarde anduvimos hasta la casa del señoriíto. Allí estaba Manolín, el hijo pequeño de los que cuidaban de la casa, más o menos de la edad de mi hermano. Manolin estaba empeñado en enseñar a Pepita a montar en bicicleta y ella deseándolo. Ya lo habían hecho otras veces con muy buenos resultados. Cuando los vi me dio la impresión de que la bicicleta era muy pequeña para ella…sus piernas larguísimas formaban un gran ángulo. Manolito sujetaba la bici por debajo del sillín. Se divertían. De vuelta a casa ella iba extasiada, me contó que Manolín la había tocado por debajo del sillín. Yo la miré …no sabía que pensar, si eso era bueno o malo, ni por que estaba tan contenta (recuerden que yo sólo tenía diez años) Ella dio un salto de alegría y dijo: “¡no llevo bragas!”. Luego empezó a preocuparse por si se quedaba embarazada como su madre.

Años después, me dice mi hermano, se mudaron a un pueblo cercano donde Eulalio consiguió un buen trabajo y el Generalísimo, creo recordar, por su comportamiento ejemplar de padre de familia numerosa y especialmente por lo mucho que había trabajado con solo un brazo, le concedió no sé que medalla y una casa donde poder vivir decentemente con su ya numerosa familia.
Las Encebras hoy: http://www.lasencebras.com/

sábado, octubre 06, 2007

Octavio Paz Otoño



En llamas, en otoños incendiados,
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!

Busco unas manos,
una presencia, un cuerpo,
lo que rompe los muros
y hace nacer las formas embriagadas,
un roce, un son, un giro, un ala apenas;
busco dentro mí,
huesos, violines intocados,
vértebras delicadas y sombrías,
labios que sueñan labios,
manos que sueñan pájaros...

Y algo que no se sabe y dice «nunca»
cae del cielo,
de ti, mi Dios y mi adversario



miércoles, octubre 03, 2007

Y LA VIDA SIGUE...


Queridos amigos. Mucho os agradezco vuestro cariño y dedicación al blog. Uno de vosotros me preguntaba, por email por qué se tarda tanto en enterrar a un muerto en este bendito país. Yo tampoco lo sabía ya que esta ha sido la primera muerte en mi familia americana. En España me decís que son 24 horas. Hay varias razones que he podido observar en esta pasada semana, algunas parecen caprichosas otras tienen sentido. La mayoría de las familias americanas están repartidas por todo el país. Viajar de California a Philadelphia sería como viajar de Philadelphia a España , incluido el precio.

En resumidas cuentas, puede llevar dos o tres días reunir a la familia. También está el proceso de embalsamiento que muchos católicos eligen. Habrá otras religiones y creencias que requerirán otras costumbres. Las funerarias aprovechan la ocasión para venderte todo tipo de protección y lujo…como si uno la necesitara después de muerto. No el muerto, como en el caso de Hildegarde, quería lo más económico y sencillo que se pudiera hacer y en un primer momento no iba a haber embalsamiento.

Hildegarde murió un jueves y haberla enterrado un sábado habría sido demasiado precipitado. Primero, hay que dar al cementerio 72 horas de adelanto para cavar la sepultura. No sé por qué tanto tiempo. Claro, se puede proceder, me imagino, más rápido si eres incinerado, pero este no era el caso ya que desde hace años la familia tiene su lugar reservado en un pequeño y antiguo cementerio rodeado por humildes casa de familias polacas. En uno de los lados del cementerio pude observar que la división territorial estaba establecida por una malla de metal de no más de metro y medio de alto. Al otro lado de la malla una pequeña casa con un jardín enfrente: a varios pasos de la malla había todo un parque infantil de plástico (columbios, tobogán y juguetes) Esto es bastante común aquí. Los vivos duermen acompañados por los muertos…posiblemente los mejores vecinos que uno puede tener.

Volviendo a las 72 horas de aviso al cementerio… añadimos que en domingo no hay entierros…esto ya le ha dado tiempo a la funeraria para venderle a la familia (sobre todo a los más viejos y vulnerables) unas cuantas cosas más. Aparte del embalsamiento; la misa iba ser acompañada sólo por el órgano. Cuando llegamos a la iglesia una bellísima y joven pelirroja se disponía a cantar. Gracias sean dadas que la chica tenía una voz de ángel que te hacia estremecer con el sentimiento que ponía en ello... Más que el sacerdote que en ningún momento miró a nadie de la familia a los ojos. Hablaba y se dirigía al techo. Tal era el efecto que pensé que había un balcón o “paraíso” con otros asistentes por encima de nosotros y en varias ocasiones volví la cabeza para encontrarme con la bóveda recién restaurada de la iglesia.

La ceremonia fue simple y también el funeral. Me enorgullecí de ver a mis dos hijos ayudando a llevar el ataúd. Mis hijos que nunca conocieron a sus abuelas, siempre consideraron a sus tía-abuelas como sus ‘grandmothers’, no una sino dos! Recordé las muchas veces que salían de casa acompañados por ellas para ir al circo o a ver a Santa Claus, “Terminator”etc. También agradable reunir a toda la familia para almorzar. Dos mesas donde nos intercambiamos los adultos con los jóvenes y niños. Ver a sobrinas que no había visto en más de diez años convertidas en bellas adolescentes y a niños que vi en el bautizo en pequeños personajes.

Aupa, expresó muy bien lo que siempre he sentido con la muerte de Hildegarde. Quién pudiera morir así!

A la vuelta a casa uno de mis hijos salió para Washington y nosotros llevamos al mayor hasta NY. Hablando de todo un poco salió a relucir mi blog. Mi hijo me dijo que el tono era un poco triste o depresivo. Yo me sorprendí. Le dije que había de todo, que tenía que leer los comentarios para hacerse una idea más completa. Lo dejamos en NY,

A las dos de la mañana llegamos a Boston y antes de acostarme decidí mirar mi correo. Había un email de mi hermano, el asunto era : TITA MARIA. Sabía que no estaba bien estos últimos años, el corazón me dio un vuelco. Según mi hermano, había ingresado en el hospital hacía tres meses (más o menos la última vez que hablé con ella cuando estuve en España) para una revisión general. Contrajo una infección tras otra hasta que su cuerpo no pudo más. Había sido enterrada el mismo día que enterrábamos aquí a la tía de mi marido.

Las dos semanas anteriores yo escribía en el blog sobre una realidad que ocurría en mi casa, ese animal atrapado que moría lentamente y no me dejaba dormir o descansar. Os aseguré que no era símbolo de nada…no lo era. Ahora me pregunto…cuantas coincidencias.

De mi tía Maria no podría escribir aquí. Su vida y la mía estuvieron entrelazadas por demasiadas cosas dolorosas que recordar. Era la hermana menor de mi madre…casi una amiga para mí y mi hermano. Casi una hija para mi madre. Otra mujer con carácter y fuerza en la familia. Siempre la recordaremos. Pienso en el comentario de mi hijo acerca de mi blog. Tendría que cambiar la vida para que éste cambiara a su vez.


PD. Ya véis, aquí se tardó seis días en enterrar a una persona que murió en una residencia de ancianos a los 95 años; al mismo tiempo que en España se enterraba a otra en sus sesenta y ocho que moría a causa de una serie de infecciones causadas por su estancia en el hospital durante tres meses. Acabo de leer un artículo sobre las infecciones contraídas en hospitales, causa de cientos de miles de muertes innecesarias. Esto os debe de dar para comentar largo y tendido. Gracias y abrazos a todos.